Militares al poder... de la influencia

El comandante Michavila es un icono que representa a todos esos militares que dejan los cuarteles y ocupan los despachos con éxito

No te creemos, Pedro

Narciso Michavila.
Narciso Michavila.

18 de julio 2023 - 05:00

Sevilla/La multinacional Amazon lleva algunos años fichando militares nada menos que de la Armada para sus puestos de mando por sus capacidades a la hora de entender la logística y la coordinación de recursos humanos, amén de valores propios del Ejército, caso de la disciplina que nunca vienen mal a ninguna compañía. El presidente de la Junta fichó a un militar de Caballería para los asuntos de protocolo, el gran Modesto Cabezas, el que organiza esas líneas de saludo para que todo el mundo, pero absolutamente todo el mundo, no solo los señores consejeros, salude a Moreno cuando se baja del coche y accede al acto de turno, lo que recuerda a la antigua pompa romana, a la visita del secretario de Estado del Vaticano a las suntuosas embajadas ante la Santa Sede. “¡Por Dios, Modesto, por Dios!”, que le diría su admirado Asenjo. Qué aires, qué aires...

Monteseirín contrató también en su momento a un militar de Academia para esas lides, Francisco Martínez Yuste, que ha desempeñado la labor de director general de Protocolo y de la Casa Consistorial durante 16 años hasta que el nuevo gobierno de Sanz lo ha cesado. Cuentan que como nadie le comunicaba al hombre su cese, siguió trabajando en la planta alta del edificio noble hasta que uno le preguntó si no había mirado el correo electrónico. Algún día cabría escribir un manual sobre la frialdad de algunos procesos de relevo. ¿Tan difícil es que al menos un teniente de alcalde reciba unos minutos al cesado para comunicarle la legítima decisión de apostar por otro profesional? Recordaba los casos de Modesto y Yuste al oír al empresario y sociólogo Narciso Michavila rechazar cualquier posibilidad de presidir el muy desprestigiado CIS, todavía en manos del descarado Tezanos.

El presidente de GAD3 alude a sus 22 años de servicio a España como militar. Michavila llegó a ser comandante de Artillería. Su éxito en la empresa privada es notable, como tantos otros militares. Cabe pensar que con tanta generación de plastilina, hiperconsentida, poco dada al sacrificio, la dureza y los valores castrenses, cualquiera curtido en ciertas habilidades tiene carril por el que avanzar. Si a esta circunstancia le sumamos que los sueldos de los militares son menos competitivos que los de la política (vamos a decirlo así), la probabilidad de dejar el cuartel y ocupar despachos oficiales o privados no es baja. Veintidós años de servicio no están nada mal. El comandante Michavila siempre lo será, pues el Ejército imprime carácter, como los sacramentos. Yel domingo seguro que asciende. De los militares al poder a los militares cualificados al poder... de la influencia.

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