Su Majestad José Pérez Bernal le hizo un trasplante a la Cabalgata

PASA LA VIDA

06 de enero 2012 - 01:00

EL sí merecía el trono de rey mago. Porque lo es a pie de calle y en los hospitales. El año pasado tuvimos que tragarnos el sapo de que se le quisiera dar ese realce social en Sevilla a un imputado por el caso Mercasevilla, y que se entronizara al latin lover Cayetano Martínez de Irujo, a golpe de talonario de la Casa de Alba. Ayer todo fue distinto, y en el cortejo llevaba título de majestad un hombre que es sinónimo de amor al prójimo: José Pérez Bernal. Gracias a él, la Cabalgata del Ateneo 2012 fue mucho más entrañable. Y convirtió en los mayores protagonistas de la jornada, ante el inmenso gentío, a los 28 niños trasplantados en Sevilla, o hijos de padres trasplantados, que hicieron de pajes del rey Melchor. Lanzaban caramelos con el lema Dona vida. Sin duda, han sido artífices de una de las escenas más hermosas y emotivas en la casi centenaria historia del cortejo de la ilusión.

Irradiaba una energía especial de su infantil carroza, y de la del propio rey, en la que iban dos trasplantados tan especiales como Rafael Flores, el vecino de Castilleja de la Cuesta que goza del segundo trasplante de cara efectuado en España, y Luis Romero, que ha sumado ya 20 años de vida con trasplante. Ellos le donaron ayer a los demás sus inagotables ganas de vivir. Como las gemelas Gema y María, de Los Palacios, de diez años de edad, salvadas de la muerte en su nacimiento gracias a dotarlas de un riñón artificial. Qué transfusión de alegría de la de verdad. Qué bueno, en fechas en las que los niños malcriados exigen recibir regalos sin dar a cambio ni cariño, lanzar a la población infantil el mensaje de que la vida es mucho más hermosa y fructífera cuando se da, se dona, se comparte.

José Pérez Bernal, por toda la labor que ha hecho como coordinador de trasplantes, representa a los demás profesionales de la medicina menos populares que él pero igual de indispensables porque, gracias a su trabajo en equipo en operativos contrarreloj, merecen todos los aplausos y ninguno de los recortes. Su Majestad Pérez Bernal se ha pateado Sevilla durante muchos años para concienciar a miles y miles de familias con el fin de que se sacaran el carné de donante y no se negaran a la donación de órganos cuando alguno de ellos falleciera. Y ha conseguido un extraordinario porcentaje de aceptación, ya alcanza el 83% de la población. Es el cambio sociológico más envidiable que se ha producido en nuestro entorno. Sobre todo por ello, y además por insuflarle mayor sentido social a la Cabalgata, muchas gracias, doctor.

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