Monticello
Víctor J. Vázquez
El auxilio de los fantasmas
LA imagen en la televisión no deja lugar a la duda: una señora de edad mediana se acerca al presidente de la Junta de Andalucía y candidato a la reelección por el PP, Juanma Moreno, y le dice, que le va a votar –se intuye que no es algo que hubiese hecho antes–, pero sólo si le garantizaba que no incluirá en el Consejo Gobierno a Vox.
Y es que de eso y sólo eso ha ido, va y seguirá yendo esta campaña: de la apelación al voto útil por parte del presidente para poder gobernar con manos libres a partir del 19 de junio.
Esa imagen choca frontalmente con otra, el candidato del PSOE-A, Juan Espadas, muy satisfecho ayer por el resultado del debate, porque su homóloga de Vox, Macarena Olona, había dicho con nitidez en la cita en Canal Sur que si a Moreno le hace falta un sólo escaño del partido de Santiago Abascal para gobernar, no lo tendrá si éste no les integra en su Gabinete. Esta afirmación alegra a Espadas porque Olona y Moreno “han conseguido claramente que no se quede ni un solo voto progresista en su casa” el próximo domingo.
No reiteraremos más que el socialista se empecina en el error, porque los sondeos muestran transferencia de voto de su partido al PP, de más de un 16%, según el CIS, lo que se une a lo que señalaban otras encuestas. Y es un error porque a quien perjudica es al PSOE, al movilizar voto hacia Moreno porque no se le percibe como alternativa de Gobierno, por más que se haga ensoñaciones –pajas mentales diría un castizo– con una remontada que dará la victoria al PSOE.
Olona, como Espadas, también considera que lo que dijo es un quítame allá esas pajas –nada que ver en este caso con la mención ridícula y tramposa al onanismo, porque el libro no era de la Junta–, sin reparar en que la transferencia de voto de Vox al PP, respecto al resultado andaluz de 2018, es del 20% neto según el CIS: hay un 29% en ese sentido y un 9% en el inverso.
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