Pilar Cernuda

Luz verde para Rajoy

Crónica personal

24 de octubre 2016 - 01:00

SE inició la reunión del Comité Federal socialista con un detalle muy significativo: la elección de José Blanco como nuevo presidente del órgano. Pepe Blanco, el hombre que inventó a Pedro Sánchez, el que movió los hilos internos y periodísticos para que fuera elegido secretario general -de lo que se arrepintió, como tantos otros, a las pocas semanas de la elección-, dejaba su voluntario ostracismo europeo para convertirse en presidente del Federal y dirigir su más importante reunión.

Lo hizo con serenidad y mano izquierda, dando la palabra alternativamente a los defensores del no y de la abstención y dando el cierre de la sesión a Susana Díaz. No podía ser de otra forma ya que Díaz es la cara del futuro, aunque la presidenta andaluza todavía no cree llegado el momento de decir en público lo que ya dice en privado: que no se entendería la defenestración de Sánchez para arrugarse en el último momento, cuando hay que batirse con él para hacerse con la secretaría general. Porque Sánchez, no se le escapa a nadie, ha sido defenestrado. Aunque tampoco se le escapa a nadie que ha sido un minuto antes de acometer la operación que tenía preparada: congreso en el que sería reelegido secretario general y propuesta al Rey de un Gobierno con Podemos y los independentistas catalanes.

El Comité Federal celebró su reunión serenamente a pesar de la división interna. Y sin chapucerías, que era lo que más importaba después del espectáculo del día 1. La votación salió mayoritariamente a favor de que se deje gobernar a Mariano Rajoy con un voto de abstención, pero ahora corresponderá a la gestora y sobre todo a la dirección del grupo parlamentario, cómo articular la decisión del Comité. Qué hacer con quienes se niegan a cumplir con ese mandato e insistan en el voto negativo. Si se castiga a los disidentes con una multa, o se va más lejos en la exigencia de disciplina y se les pide que renuncien a su escaño.

Rajoy tiene ya libre el camino para repetir como jefe del Ejecutivo, pero todo lo ocurrido últimamente le deja enfrente a un partido socialista maltrecho, dividido, que no sabe todavía si Sánchez va a insistir en la ruptura anunciando que va a plantar cara a Susana Díaz o a quien sea para volver a ser secretario general -los militantes son suyos masivamente- o renunciará a seguir provocando los problemas que tanto daño han hecho a su partido. No ha dicho una palabra, no ha aparecido en el Comité Federal pero se espera que acuda a la votación de investidura de Rajoy.

Para votar lo mismo que sus leales y porque no acatar una decisión del Federal podría ser utilizado en su contra si aspira a ser nuevamente secretario general.

El presidente de la gestora, el asturiano Javier Fernández, ha hecho un buen trabajo hasta ahora, pero le queda lo difícil: tomar decisiones con aquellos que no acepten la abstención… y hacerlo sin abundar en la ruptura interna del partido.

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