La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La sanidad funciona bien muchas veces en Andalucía
Parece que ocurrió hace quién sabe cuánto, pero es que en este tiempo de reloj casi parado, grandes ingestas y colas, muchas colas, no hay más remedio que digerir el pasado como buenamente se puede. Y ahí nos topamos con el choque del pasado sábado en Heliópolis para la disgresión y la cosa. Y dejando ya el hartazgo del ridículo penalti de Fekir conviene analizar pros y contras del partido de partidos en el fútbol según Sevilla.
Por ejemplo, ¿por qué el atasco sufrido por el Sevilla de campana a campana? Aunque Lopetegui, lógicamente, le pusiera paños calientes al rendimiento de su equipo, lo cierto es que el Sevilla se pareció al Sevilla como se parece un huevo a una castaña. ¿Tanta influencia tiene Fernando en el juego? Debe ser importante, ya que todo el equipo estuvo añorándolo, como echando en falta su carácter y, por ende, la coherencia que es habitual en su comportamiento.
Una rosca de Ocampos y el gol de Suso fueron los únicos acercamientos con los que intimidar al feble entramado defensivo del Betis. ¿Hay dinero en caja para que el equipo bético se sienta más protegido? ¿Es problema de las aptitudes de los individuos o de ensamblaje? Lo cierto es que Setién, Rubi y Pellegrini se han topado con la misma carencia, por lo que es probable que dichas individualidades no den más de sí. Son reflexiones al calor de una resaca cuando arranca la cuesta.
Y es que hoy y mañana hay Copa, con esa amenaza de muerte que es jugarse todo a una carta de visitante. Hoy en Linares afronta el Sevilla su compromiso y lo hará en un campo donde, dicen, podrían germinar patatas. Mañana en Mutil, pueblecito junto a Pamplona, se la juega el Betis bajo una temperatura para osos y en un césped artificial que hasta podría encontrarse helado. Son dos motivos más que suficientes para dar por amortizado el derbi del penalti que Bono le paró a Fekir.
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