La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La lección de Manu Sánchez
La tribuna
ACABA de hacerse público un nuevo informe internacional de evaluación del alumnado -les confieso que iba a emplear la expresión "enésimo informe", por aquello de la reiteración, pero tal redundancia no es inoportuna por los datos, tendencias y orientaciones que facilita-. Se refiere, en este caso, a los resultados en comprensión lectora, matemáticas y ciencias al final del cuarto nivel de la educación obligatoria (4º de Educación Primaria en España), donde, con carácter general, la edad del alumnado se acerca a los diez años. En realidad, se trata de dos informes: el Estudio Internacional de Progreso en Comprensión Lectora (PIRLS) y el Estudio Internacional de Tendencias en Matemáticas y Ciencias (TIMSS), ambos desarrollados por la Asociación Internacional para la Evaluación del Rendimiento Educativo (IEA).
Particular interés tiene considerar los resultados educativos de Andalucía en PIRLS, dado que ha sido la única comunidad con una muestra obtenida de manera similar a la de los países participantes (Canarias también dispone de información propia, pero con una muestra ampliada parcialmente). El estudio se realizó entre marzo y abril de 2011. En PIRLS participan 48 países y en TIMSS 50, de los cinco continentes, además de algunas comunidades o entidades territoriales de los mismos. Y, a efectos del análisis de los resultados, se opta por un registro central de 500, en torno al cual se sitúan las puntuaciones y se obtienen distintos niveles de rendimiento en función de las mismas.
Vayamos a los resultados generales de más alcance. España obtiene registros próximos a la media en los tres grandes ámbitos de evaluación: comprensión lectora (513), ciencias (505) y matemáticas (482). Tales puntuaciones se sitúan en un nivel de rendimiento intermedio para la comprensión lectora y ciencias, pero cercano a bajo en el caso de matemáticas. Esta descripción corresponde a un análisis que considera la totalidad de los países participantes. Porque si se aprecian las medias de la OCDE y de la Unión Europea (UE), muy similares, España se sitúa por debajo de ambas. En el caso de la OCDE, se obtienen 538 puntos de media en comprensión lectora, 522 en matemáticas y 523 en ciencias. Y la medida de los países de la UE es de 534 en comprensión lectora, 519 en matemáticas y 521 en ciencias. Por eso, estimados los países de la OCDE, España ocupa el lugar 24 de 26 en comprensión lectora, el 22 de 25 en matemáticas y el 20 de 25 en ciencias.
Otro aspecto de especial interés es la distribución de los niveles de rendimiento. España tiene al 28% de su alumnado entre los niveles muy bajo (6%) y bajo (22%) en comprensión lectora. A modo de referencia, Portugal registra el 16% (2% muy bajo), Italia el 15% (2% muy bajo), Francia el 25% (5% muy bajo) y Noruega el 29% (5% muy bajo). Si se estima el nivel avanzado, solo se alcanza por el 4% del alumnado, mientras llega al 19% en Irlanda del Norte o al 18% en Finlandia o Inglaterra. En el caso de matemáticas, los niveles muy bajo y bajo alcanzan el 44% (13% muy bajo), y en ciencias el 33% (8% muy bajo). Sólo el 1% de los alumnos españoles obtiene nivel avanzado en matemáticas, considerada la totalidad de los países (porcentaje idéntico al de Irán, que ocupa el último puesto) y el 4% en ciencias.
¿Y Andalucía? Pues obtiene registros casi idénticos a los de España: 515 en comprensión lectora (513 en España), y no se dispone de datos para matemáticas y ciencias. Este resultado supera la puntuación central de 500, verificándose por vez primera tal circunstancia. El nivel muy bajo corresponde al 5% del alumnado andaluz, al 22% el bajo y al 4% el avanzado, en situación muy próxima a la de España en su conjunto. E importa destacar con relevancia que tales logros se alcanzan con un índice socio económico y cultural significativamente bajo (-0,28, con referencia central de 0), si se tiene en cuenta el de España en su conjunto (prácticamente igual a 0). Esto es, los resultados en Andalucía constatan la aportación de "valor añadido" en los centros escolares para compensar o corregir las puntuaciones esperables en función del índice socio económico y cultural.
Luego conviene concluir con las evidencias mayores. Los resultados obtenidos por el sistema educativo español son intermedios si se considera la totalidad de países que participan en el estudio, pero muy cercanos a bajos con las medias de la OCDE. Particular atención merecen las puntuaciones de matemáticas, con resultados en niveles ya bajos de rendimiento. Por su parte, es significativamente escaso el porcentaje de alumnado que obtiene un nivel de rendimiento avanzado. Y Andalucía, además de situarse en los valores medios del sistema educativo español, lo hace compensando índices socio económicos y culturales más desfavorecidos.
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