Notas al margen
David Fernández
El problema del PSOE-A no es el candidato, es el discurso
Hace tres semanas que terminé de leer V13, la última novela de Enmanuel Carrère. Quedé muy impresionado. El Premio Princesa de Asturias de 2021 escribió El Reino, que fue la primera novela suya que leí, que me impactó tanto que todos los años espero que le concedan el Premio Nobel. Limónov fue otra de sus novelas descollantes. Hay que leerla para comprender un poco lo que es la Rusia de Putin, o sea, la perfecta novela de esa sociedad tremenda que el pasado viernes enterró a Navalny, el líder opositor que apareció muerto en una cárcel de Siberia. V13, ya decía, su última novela, es una originalidad desde el principio. Se trata de una crónica periodística sobre el Juicio del Bataclan y las terrazas. 130 muertos y centenares de heridos por yihadistas suicidas. Eran jóvenes, algunos nacidos en Francia o Bélgica, educados en el sistema educativo europeo, que se habían radicalizado en viajes a Siria, adhiriéndose al Estado Islámico. Enmanuel Carrère negoció con L’OBS otra mirada del Juicio. El semanario francés apostó por la visión complementaria del novelista y fueron apareciendo sus escritos del largo juicio, que finalmente adoptaron el modo de novela, como la agrupación de sus crónicas personales. Algo así debería hacerse del K24, si se adopta este título al Juicio que se haga a Koldo, el hombre de confianza del ministro socialista Ábalos acusado de formar parte de una organización criminal de comisiones y corrupción. Hablamos de millones de euros de mordidas por algo tan sensible como la venta de mascarillas en los tiempos críticos de la pandemia. Mallorca, Las Palmas, Valencia son algunos de los lugares en los que se hincharon los precios para que algún comisionista pudiera adquirir coches de alta gama, relojes carísimos y una gran vida asociada a las mariscadas y las escorts de lujo. Con el dinero público que sí es de alguien, es de los españoles, de los impuestos de los españoles. Si se arma ese Juicio –¿K24?– bueno sería reflejar los detalles en buena prosa, además del trabajo de los periodistas. Hacer algo como la V13 de Carrère en L’OBS, ese intento de mirar en el interior de los espejos, redactar en buena prosa sus reflejos, reproducir los sonidos reales de una historia que si no tuvo, afortunadamente, asesinatos sí contó desde que se fue conociendo el escenario de lo abominable, el aprovechamiento de una pandemia que azotó a los españoles, y los mató por decenas de miles, para disparatar los beneficios de facturas abultadas con el único fin de enriquecerse. La cuerda de presos del K24 sería una buena radiografía de una España convulsa, esta España de estos días, la España de Sánchez.
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