¡Oh, Fabio!
Luis Sánchez-Moliní
Esplendor del Palacio Real
EL fútbol depara situaciones inesperadas y una de ellas se anunciaba en torno al mediodía del domingo 7 de agosto de 2022. Isco ya era oficialmente nuevo jugador del Sevilla a falta del trámite siempre pertinente del reconocimiento médico. Aunque se ha hablado mucho de esta operación durante el verano, no deja de extrañar que un futbolista libre y con una cotización en torno a los diez millones de euros pueda jugar para el club del Ramón Sánchez-Pizjuán por mucho que Julen Lopetegui deseara tenerlo en sus filas.
Pero ahí se juntan todas las circunstancias que se han debido dar para que la operación fuera factible. Para empezar y como condición indispensable, Isco no debía encontrar a un club que estuviera dispuesto a pagar su importante soldada y que le satisfaciera en el plano deportivo. Es evidente que irse a la MLS, por muy pujante que ésta sea, o a cualquier cementerio de elefantes, no era la ideal para un futbolista que aún mantiene la esperanza de llegar a Catar, pero no como integrante de su liga o de cualquier otra árabe sino como una de las estrellas del combinado de Luis Enrique.
Ése será su principal reto en los próximos meses con el Sevilla, pero para ello deberá rendir al máximo nivel, pues el asturiano no es un hombre proclive a cambiar de idea si no tocan con fuerza a su puerta. Las imágenes facilitadas por el propio Isco y también en el saludo a Monchi permiten a los sevillistas tener la esperanza de un futbolista en condiciones, aunque eso se verá cuando se mida con los rivales, no antes.
Y, por último, estaba la parcela económica. Tras el acuerdo alcanzado, Isco ni siquiera estará entre las fichas más caras de este Sevilla en el que Rakitic es el líder en ese aspecto, pero todo tiene truco. También tendrá todas las facilidades para salir si triunfa. Es decir, Isco jugará este año cedido por el propio Isco, o por Jorge Mendes, en el Sevilla. Pero si rinde como hiciera en sus mejores años...
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