Monticello
Víctor J. Vázquez
El auxilio de los fantasmas
INÉS Arrimadas se vuelve a Jerez, de donde salió en 2006 para protagonizar una brillante carrera política, que entre otros hitos le llevó a ganar unas elecciones autonómicas en Cataluña y a liderar el partido liberal que ahora parece llegar a su fin. ¿Por qué regresa?
Ya hace tiempo que Arrimadas venía explicando a muchos amigos de su partido que deseaba regresar a Andalucía, incluso quería pasar a una segunda línea de Ciudadanos, aunque estos comentarios son muy habituales en los labios de los políticos, incluso en los de aquellos que se resisten a salir de las listas electorales cuando la próstata ya los tiene jubilados de otros menesteres.
Pero en el caso de Arrimadas ha sido verdad. Ya no es la líder de Ciudadanos, sino Patricia Guasp, y aunque es portavoz del grupo parlamentario en el Congreso, su obligación pública ha dejado de ser diaria. Como ha explicado, ni en Barcelona ni en Madrid, las dos ciudades donde ha vivido después de ser madre, tiene familia, porque su marido, Xavier Cima, ex convergente, es gerundense y sus padres residen en Jerez. Con dos niños pequeños bajo el cuidado familiar, le resultará más fácil ir y venir de Andalucía al Congreso que vivir en Madrid, ciudad menos agradable en todos los sentidos que Jerez. Muchos diputados andaluces de todos los partidos han venido haciendo lo mismo durante décadas, varios de ellos con importante representación en el Congreso, en el Senado e, incluso, en el Gobierno, y es que el AVE se comió todas las distancias.
Sin embargo, el futuro político de Arrimadas es incierto. Ciudadanos aún no ha resuelto cómo elegirá a su candidato a la Presidencia del Gobierno para las próximas elecciones generales. Si fuese mediante primarias, es muy posible que Inés Arrimadas no diera ese paso, aunque podría presentarse a diputada por la provincia de Cádiz.
Fran Hervías tiene escrito que después del 28 de mayo, día de las municipales, Arrimadas se marchará al PP. Ella lo ha negado, detrás de su regreso no hay ninguna intención, aunque Ciudadanos volverá a enfrentarse con una realidad que se niega a ver después de las elecciones a los ayuntamientos y a algunas comunidades. Cuando el ocaso haya consumido al partido, Arrimadas no tendrá problemas para volver a la actividad privada, pero si yo dirigiese el PP andaluz, no dejaría escapar un valor de sus heroicas características.
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