La aldaba
Carlos Navarro Antolín
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La ventana
CON permiso de la autoridad y si el tiempo no lo impide, hoy comparece en carne mortal un torero al que eufemísticamente hasta se le ha llegado a llamar Dios de Piedra. Se trata del hombre que bien pudiera revolucionar la Fiesta para que la Fiesta recobrara su estatus. Esta tarde, si es que los cielos se compadecen de la afición, se aparecerá en Jerez el hieratismo vestido de seda y oro, el torero con más tirón taquillero. Pero no se olvide tampoco que ese tirón taquillero es más fruto de la curiosidad por ver a un torero que no se prodiga. Una cosa es poner el no hay billetes cien tardes como El Cordobés y otra muy distinta tener que esperar un año, o más, para verlo en carne mortal. Es esa la duda, si el tirón de José Tomás permanecería incólume si, de una vez, le diese por estar en las ferias compitiendo con el resto. Duda que tememos será para los restos.
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