La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La matraca de las felicitaciones despersonalizadas
La ciudad y los días
JORGE Subirana y Silvia Decorde (Plan Director del Paisajismo), Margarita Arencibia y Ricardo Librero (paisajismo), Benito Valdés (asesoramiento para la ejecución del Jardín de las Américas), Mariano Martín (dirección del Jardín de las Américas), Esperanza Romero (viveros) y Alberto García Camarasa (Director del Programa de Forestación y Jardinería) junto a Juan Antonio Cabrera, Ricardo Librero, Mónica Magíster y Jesús de Vicente, fueron algunos de los más importantes responsables del esplendor verde de la Expo, aportación necesaria a una ciudad tan necesitada de verde y patrimonio duradero que aún hoy en gran parte puede disfrutarse pese a no haber recibido a veces los cuidados que su importancia exigía.
Hoy a las 12, en el jardín que lleva su nombre (esquina calle Párroco Don Antonio González Abato con Alfonso Lasso de la Vega), la Plataforma Ciudadana por los Parques, los Jardines y el Paisaje de Sevilla rendirá un merecido homenaje al ingeniero técnico agrícola y paisajista Alberto García Camarasa. Él y Esperanza Romero encabezaron desde mediados de los años 80 la gigantesca empresa de crear los viveros y jardines de la Expo.
Alberto llegó a Sevilla en noviembre de 1987 con la casa y la familia a cuestas. Tras trabajar varios años en Bolivia estudiando la vegetación del Altiplano y ser uno de los fundadores de la Escuela de Jardinería de La Paz, García Camarasa era jefe de Parques y Jardines en el Ayuntamiento de Hospitalet del Llobregat cuando le llegó la oferta de la Expo, un reto tan tentador como difícil. No lo dudó. Se vino a Sevilla "como loco" con su mujer y sus tres hijos más pequeños, dejando a los dos mayores estudiando en Barcelona. Como alguna vez dijo bromeando, habría aceptado el proyecto aunque le hubiera costado el divorcio.
Hoy Sevilla le volverá a manifestar su agradecimiento plantando un árbol dedicado a él, haciéndole entrega de una placa de cerámica conmemorativa realizada por Marisol Buero y de su libro Entre los árboles del parque, presentando El árbol del viajero -una antología de artículos escritos por el homenajeado y publicada por Diario de Sevilla- e imponiéndole la insignia de Socio Honorífico de la Asociación Amigos de los Jardines de la Oliva.
Árboles. Vivos son la hermosura y la vida del mundo, muertos se transfiguran en libros, su rumor hace audible el silencio, su presencia humaniza y hace amables las ciudades. Quienes los plantan y los cuidan merecen todos los homenajes.
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