Hacer lo que hay que hacer

LO tuve que escuchar un par de veces en la radio y comprobarlo luego, y tomar nota, en Youtube. El flamante presidente de Baleares, José Ramón Bauzá, quiso zanjar de una vez por todas las sospechas vertidas por el PSOE sobre el famoso programa oculto de Mariano Rajoy y hacer méritos con éste, ya que el mitin era en Palma y con Rajoy presente. Dijo esto: "Sabemos qué es lo que hay que hacer y vamos a hacerlo, y por eso hacemos lo que hemos dicho que íbamos a hacer, y por eso seguiremos haciendo aquello que nos toca hacer a pesar de que algunos no se crean que vamos a hacer lo que hemos dicho que íbamos a hacer". ¡La gallina! Dios descansó al séptimo día de crear el mundo (y así le salió el mundo), y Bauzá tuvo que descansar a la octava vez de conjugar el verbo hacer. El presidente balear va a contribuir, sin duda, a la victoria del PP del domingo próximo, como todos los presidentes autonómicos de la derecha, y algunos que todavía no lo son, caso de Javier Arenas. De momento ha contribuido poderosamente a demostrar que la campaña electoral es una ocasión perfecta para degradar el idioma, ametrallar la gramática y hacer sentir nostalgia de la oratoria, y el mitin, uno de los más bajos peldaños de la evolución del hombre como mono racional, el único animal vivo que sabe que va a morir. El público le aplaudió la frase con arrebato, como si hubiera salido de un sabio o de un profeta apocalíptico. Poco premio para alguien que se atreve a proclamar que hará lo que hay que hacer. Como diría el borracho de Luces de bohemia: ¡cráneo previlegiado!