La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La sanidad funciona bien muchas veces en Andalucía
Bajo los artesonados mudéjares y renacentistas, en el patio central como antesala del salón de actos hacíamos tiempo para asistir a un alegato en favor de Hernán Cortés que iba a dar don Luis Navarro García, catedrático emérito americanista. Resultó deliciosa la disertación del eximio profesor y como un oasis dentro del enorme desierto cultural que ofrece este tiempo. Una velada de las que mucho merecen la pena y como en un cuarto de cabales donde no estaban todos los que son pero que sí eran absolutamente todos los que estaban. Oíamos al profesor Navarro y se nos iban los sentidos a cuanto se difama de la presencia de España en México en general y de la de Cortés en particular. Fue una hora y media llena de enjundia, como una catarata de conocimiento y de saber de qué se habla y todo ocurría en ese marco entrañable que resulta ser la Casa de los Pinelo.
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