Carlos Navarro Antolín
La pascua de los idiotas
La ventana
DONDE no hay harina todo es mohína. Mohína y catenarias, marchando otra más de catenarias, que no decaiga, niño. 125.000 euros es un pastón, sobre todo en este tiempo de crisis, antes desaceleración, y no conviene distraer esa cantidad para cuestiones meramente estéticas. Ese dinero es lo que cuesta desmontar y luego reponer esa urdimbre de catenarias que tanto afea la Avenida por mucho que los postes estén, cual Mortadelo, disfrazados de farolas más o menos fernandinas. En fin que veremos al Gran Poder transitar bajo el cableado que tan cabreado tiene al sevillano que sufre con ese atentado a la estética, incluso a la ética, de la ciudad. La mayor y más grandiosa ópera urbana del mundo mundial se verá así ciertamente menoscabada, con esos crucificados bajando y subiendo antes y después de su paso bajo los cables horrorosos de ese tranvía que lleva a ninguna parte.
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