Gafas de cerca
Tacho Rufino
Un juego de suma fea
DE POCO UN TODO
Ala realidad le gusta jugar con las palabras con humor negro. La que se empezó llamando Generación Y ha acabado siendo la Generación NI-NI, con doble negación: ni trabaja ni estudia.
Y aún más que los NI-NI me preocupan los NI-NI-Y-NI-lo-saben: aquellos que ni estudian, aunque están matriculados y van a clase, ni trabajan de verdad, aunque tienen un puesto de trabajo. Mientras que sus compañeros NI-NI de pata negra (de suerte negra) son conscientes de su situación y pueden enfrentarse a ella y los periódicos les dedican suplementos y les entrevistan, los NI-NI-Y-NI-lo-saben viven engañados, que es más engañoso e incurable.
Yo solo no me atrevería a decirlo, pero se lo he oído a una señora muy progresista. Tras atenta observación, ella ha establecido esta ley: "Si está cansado, es joven", refiriéndose a cierto ritmo como caribeño ante el trabajo. Antes de que me abucheen, reconoceré que es una generalización bastante burda, como siempre que se habla de generaciones. De esa edad tenemos el caso estimulante de Rafa Nadal, y sin duda hay muchos más, menos mediáticos, más anónimos, pero igual de gloriosos. Aunque hay que reconocer un ambiente de pereza mal afeitada. También, y hablando en general, y aunque vuelva a haber valiosas excepciones, ante el estudio muchos están previamente agotados.
Yo les entiendo. No sólo porque, aunque pertenezco a la Generación X, estoy cansado con frecuencia. Les entiendo porque el factor esencial de su generación ha sido la revolución tecnológica y el consumismo. Han crecido en un mundo donde bastaba apretar un botón para ver y oír maravillas virtuales. Así ha sido fácil pensar que todo era instantáneo, intuitivo, gratis y de colores. Y no.
También les disculpo porque quizá no les hemos dado un ejemplo edificante del todo. Lo que no es de recibo es que piensen que su juventud es una moratoria para ser irresponsables o frívolos o para estar tan cansados (entre semana). Leire Pajín ha declarado, muy seria, que de los pagos del PSOE a Amedo en 1996, ella no sabe nada porque era "prácticamente pequeñita", ¡y tenía entonces 20 años! Qué ejemplo.
Muchos jóvenes tienen que dejar de creerse con derecho a estar cansados, a divertirse a toda costa, a aprobar siempre, a no enterarse de lo que pasa en el mundo, a ser "prácticamente pequeñitos". Los que tienen la suerte de tener un trabajo o de estudiar no pueden permitirse, ni por asomo, ser NI-NI-Y-NI. Por solidaridad con los NI-NI a palo seco. Sólo así podrán superar su reto, que es deshacer la broma pesada de los nombres, y volver a ser la Generación Y: "Y, a pesar de todo, salieron adelante".
También te puede interesar