¡Oh, Fabio!
Luis Sánchez-Moliní
Esplendor del Palacio Real
Crónica levantisca
La industria del vidrio tiene problemas para satisfacer el tirón de la demanda de botellas de vino, los bodegueros suplican por un palé a las fábricas españolas mientras tratan de llegar a acuerdos con las portuguesas. A los propietarios de los bares también le faltan vasos; los hay, pero tampoco se cubren los pedidos. Al acabar la pandemia, el mundo consumió como antes del virus, pero las industrias no habían producido stocks para sus almacenes. Y este cuello de botella es el que explica la falta de verduras en China y el de chips en la industria mundial.
También faltan albañiles: hasta 700.000, según la patronal de la construcción. Este problema es más serio porque el sector no pudo criogenizar a quienes tenían empleados en los tajos en 2008, de modo que al acabar la Gran Recesión, primero, y la pandemia, después, no hay un almacén al que acudir para revivir a los albañiles.
Desde 2008 a este 2021, el fracaso escolar ha disminuido en Andalucía cerca de 15 puntos, y es que en aquella primera década dorada del siglo XXI los chavales dejaban las clases para ganar dinero en la costa. En la construcción. Cuando la crisis bancaria llegó al sector, primero salieron los jóvenes, pero después casi todos los demás. Conozco a varios taxistas que se quedaron parados en aquellos años en la construcción y compraron una licencia para ganarse la vida. Siempre andan pegados al GPS.
La misma patronal de la construcción se muestra muy preocupada por el envejecimiento del sector. En aquellos años dorado, el 43% del tajo tenía menos de 34 años; ahora sólo un 18% es menor de esa edad. Y es que ha transcurrido una década desde que el mercado laboral de la construcción se secó, no entró nadie y la gente tiene la mala costumbre de cumplir años incluso en los bisiestos.
El anuncio de que faltan albañiles o camareros, como temporeros, siempre lleva adosado un reproche a unos supuestos indolentes. ¿Cómo faltan albañiles si hay tanto paro en Andalucía? Porque comen todos los días y todos los años, también cuando no hay obras, de modo que se buscan la vida en otros sectores. Pregunto: ¿Cómo faltan temporeros en España, pero sí hay familias jornaleras que se marchan a Francia a la vendimia? Paguen un poco más, que diría Biden. O paguen la criogenización de los empleados, siempre listos para satisfacer los tirones.
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