'Extrañoles'

Moralmente, la responsabilidad de España con el Sahara es mayor que la del resto de naciones

15 de diciembre 2020 - 02:30

Probablemente algunos de los que, con sangrantes faltas de ortografía, vociferan por las redes que la lengua española está en peligro, desconocen que los poetas saharauis escriben sus versos en español. Nuestra lengua, que es la suya, es hoy un ejercicio de resistencia, sostenido sin amparo en el desierto donde las madres dieron de leer español a sus niños en cartillas pajizas, roídas por el viento. "Yo no he llamado patria más que a ti y al lenguaje", escribe Félix Grande contra quienes destilan amor al cuervo de la guerra. No cuento esto por la batalla lingüística a la que asistimos en este país en permanente estado regresivo, sino por la situación extrema que atraviesan los mismos saharauis que un día llevaron en su cartera, como usted y como yo, un DNI español, y que hoy son ciudadanos extrañoles -permitan el palabro- en tierra de nadie. Ya conocen las últimas noticias: antes de irse por donde ha venido, Donald Trump ha decidido unilateralmente reconocer la soberanía marroquí sobre el Sahara Occidental. Así se asegura el apoyo del alauita a Israel.

Habrá quien diga: "¿Y a nosotros qué? Para eso está la Minurso, la misión de pacificación de las Naciones Unidas". Supongo que los mandos que la componen han cobrado cada mes de los 30 años que llevan en el Sahara, pero aún no han posibilitado el referéndum. Que el mundo y su representación en la ONU vivan de espaldas a los parias de la tierra no me asombra. Pero sigue doliéndome hasta el tuétano que el Gobierno de España -este y los anteriores- no dé un determinante paso al frente en pro de esos ciudadanos y sus hijos, que formaron parte de nuestro país hasta que los dejamos al albur de la invasión marroquí en 1975. Moralmente, la responsabilidad de España en esta nueva circunstancia es mayor que la del resto de naciones.

Escucho a Pedro Sánchez sostener que, aunque Mohamed VI le está dando largas, la relación con el Ejecutivo de Marruecos es "excelente". Me pregunto si es bueno que un Gobierno defensor de los derechos humanos se lleve excelentemente bien con una "democracia" como la marroquí. Con llevarse bien a secas sería bastante. Hubo un tiempo en que los muchachos de provincias que iban a la mili a El Aaiún se sentían en las jaimas como en su casa. Los saharauis no eran extrañoles. Ahora, y todavía, nos une la lengua y el dolor. Fueron nuestros compatriotas, y ahora son nuestros apátridas, válgame el oxímoron. Es suficiente razón para no volver a dejarlos solos nunca más.

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