La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La sanidad funciona bien muchas veces en Andalucía
Mientras la mayoría de las autonomías y los ayuntamientos se dedican con mayor o menor acierto a la gestión de la cosa pública, la Generalitat sigue empeñada en alentar comportamientos anticonstitucionales -y por ello antidemocráticos- fomentando tumultos callejeros. Y el Gobierno mira para otro lado como los niños que cierran los ojos creyendo que así pasará de largo el coco imaginario o la realidad agresiva que les asusta. O más bien como el cobarde del patio de recreo o del barrio que se somete a los abusos del chulo bravucón creyendo así congraciarse con él y evitar que le humille o le pegue más de lo que ya lo hace. Al precio de sumarse a él por acción u omisión.
En este país nuestro se puede intentar montar la gresca en las calles, pegar a los policías cuando se manifiestan de paisano, cortar carreteras y vías férreas, asaltar la sede parlamentaria o asediar una jefatura de policía sin que el Gobierno se inmute. ¿Están indefensos los ciudadanos frente a la violencia de los golpistas sobre todo, pero no solo, de los Comités de Defensa de la República y la Cup: también de los restos corruptos del nacionalismo burgués de CiU representado por Puigdemont y Torra? En este país nuestro estas acciones son alentadas desde el poder institucional sin que el Gobierno intervenga. En este país nuestro esta agitación promovida desde el poder se les va de las manos, como suele suceder cuando se incuban huevos de serpiente, evidenciando que Cataluña camina hacia el desgobierno agitando fuerzas que no quiere o puede controlar: Torra gritaba por la mañana "apretáis, hacéis bien en apretar" a los golpistas que por la noche le gritaban a él y los suyos "desobedeced o dimitid."
El funesto Ábalos se despachó diciendo que confería "una importancia relativa" a las palabras de Torra y que al Gobierno "le importan las acciones más allá de los discursos". Pidiendo a todos los partidos, sin hacer distinciones, que "no echen más gasolina al conflicto". ¿No hubo palabras de Torra que impulsaban las acciones que se desarrollaron el fin de semana y el lunes? ¿Aplicar las leyes y garantizar el orden público es echar gasolina? ¿No será más bien que los bomberos están mirando para otro lado mientras el incendio crece? El Gobierno insiste en que la solución es más autogobierno. Si nos engañan diciéndolo, malo. Si se lo creen, peor. A las 19:30, resucitó el Gobierno.
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