La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La sanidad funciona bien muchas veces en Andalucía
Tribuna
HACE unos días mantuvimos en Zaragoza unas jornadas de trabajo para discutir el futuro inmediato de los llamados living labs (LLabs). Promovidos por el profesor William Mitchel, desde el MediaLab del MIT que fundara Nicolás Negroponte, estos laboratorios vivientes se concibieron como entornos de observación, apoyados en domicilios simulados, para el estudio de la interacción entre personas y tecnologías; aunque pronto fueron incorporados por industrias como Nokia para evaluar la aceptación de sus nuevos productos.
Desde entonces, esta metodología se ha caracterizado por observar en vivo la reacción de potenciales clientes y validar así comercialmente una novedosa tecnología, con una aproximación arriba-abajo (top-down). Se experimenta sobre productos ya preconcebidos, donde la influencia del promotor interesado, contamina con frecuencia la objetividad de los resultados; algo preocupante si partimos de fracasos de la I+D cercanos al 90 %. Además, decenas de iniciativas de otra índole, intentan incorporar la etiqueta Living Lab, más por moda que con conocimiento cierto de qué se espera y la propia denominación de laboratorio, evoca fantasmas de hombre-cobaya. Esto está generando ciertos anticuerpos, a juicio de muchos expertos, que ponen en peligro las bondades del modelo. Nosotros mismos incorporamos dicho concepto como objetivo fundacional en nuestros Estatutos: "convertir a Andalucía en un laboratorio viviente (…) promoviendo innovaciones en la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos, así como nuevas formas de desenvolvimiento e interacción social". Sin embargo, descubrimos que no estaba bien resuelta la aproximación integral a situaciones reales, donde la interpretación de problemas concretos no estuviera ya condicionada a priori por un producto predefinido; es decir que nos permitiera trabajar de abajo-arriba (bottom-up).
Junto con Mariano Navarro de Tragsa, estamos promoviendo una iniciativa revisionista que aúna su trayectoria como representante nacional en la red europea de LLabs, Enoll, en sinergia con nuestro modelo de innovación liderada por las personas (PLI). Esta nueva propuesta, situará al ciudadano realmente como protagonista del proceso de innovación, en la búsqueda de soluciones efectivas para los problemas que más le preocupan y afectan, y que son aquellos que ponen en peligro su bienestar cotidiano y su calidad de vida. Esta iniciativa, avalada desde la plataforma nacional e-Via, promueve un modelo complementario a los LLabs, que conoceremos como Espacios Sociales de Innovación, considerando a los laboratorios vivientes sólo como una parte instrumental más, junto a otros elementos.
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