Editorial: El adiós de Arenas

EL líder indiscutible del Partido Popular de Andalucía, Javier Arenas, anunció ayer su retirada inmediata de la política andaluza. Lo hace después de haber ganado, por vez primera en la historia democrática, unas elecciones autonómicas en Andalucía y con el sinsabor de no poder gobernar en su tierra al no haber obtenido la mayoría absoluta que esperaba el pasado 25 de marzo. Era la cuarta vez que lo intentaba. Perdió las tres primeras, siempre frente a Chaves, y cuando ganó, ante Griñán, su victoria resultó insuficiente. Eso hacía previsible que no se diera una nueva oportunidad al término de esta legislatura. No obstante, había dudas sobre si, aun renunciando a la candidatura, conservaría la presidencia del PP andaluz. Las ha despejado él mismo y sin más dilaciones. El congreso regional de los populares se celebrará a mediados del mes próximo y en el mismo se decidirá la sucesión de Javier Arenas, el político más brillante del centroderecha de Andalucía y el hombre que ha sabido impulsar, extender y modernizar a un partido que casi era insignificante en los inicios de la autonomía andaluza. Ha llevado al Partido Popular a convertirse en una alternativa creíble a la larguísima hegemonía socialista y a ser el partido más votado en la comunidad autónoma en tres elecciones sucesivas (municipales y generales de 2011 y autonómicas de 2012), pero ha fracasado reiteradamente en su objetivo de conquistar la Junta de Andalucía. Su estrecha amistad y gran confianza con Mariano Rajoy le auguran un protagonismo indudable en la política nacional, empezando tal vez por la estructura orgánica del PP, donde ya es vicesecretario general, pero sin descartar su incorporación al Gobierno de Rajoy en la primera remodelación que se produzca. A diferencia de lo ocurrido en 1996, en que se fue de ministro con Aznar pero mantuvo el control del PP andaluz, Javier Arenas está ahora abocado a integrarse plenamente en la actividad política española. El PP-A está obligado a dotarse de un nuevo liderazgo, solvente y asentado, lo que no es fácil en una organización marcada por la personalidad y la impronta de Javier Arenas.