Gafas de cerca
Tacho Rufino
Un juego de suma fea
EL transporte en avión en España quedó en la tarde de ayer en situación de caos por el cierre de los espacios aéreos de los principales aeropuertos tras declararse en huelga salvaje, disfrazada de bajas masivas, los controladores en protesta por la nueva regulación de su jornada. El Consejo de Ministros aprobó ayer un Real Decreto-Ley de medidas económicas que incluye la ratificación del máximo de horas que pueden realizar los controladores de tránsito aéreo es de 1.670, pero la norma aclara que para evitar las interpretaciones erróneas que se venían produciendo, no se computarán en ese máximo anual las actividades laborales de carácter no aeronáutico, incluyendo los permisos sindicales, las imaginarias y las licencias y ausencias por incapacidad laboral. Estos cambios normativos, tomados en un día de los de mayor desplazamiento en avión del año, por ser el de inicio del largo puente de la Constitución-Inmaculada, provocaron una reacción intolerable por parte de los controladores que sólo podemos calificar de irresponsable, insolidaria y hasta cínica, porque al mismo tiempo que el sindicato del sector anunciaba que aceptaban el cambio regulatorio, más de un 70% de los controladores que entraban en el turno de tarde solicitaron la baja por no encontrarse capacitados para desarrollar su trabajo. La huelga salvaje realizada por uno de los colectivos profesionales mejor pagados de España -que afectó ayer en los aeropuertos a cientos de miles de pasajeros según las primeras estimaciones y provocará, además, cuantiosísimas pérdidas a las compañías aéreas, que son las responsables de atender a los viajeros- no puede quedar impune. El Gobierno advirtió que la huelga ilegal suponía una falta muy grave, que podría acarrear despidos disciplinarios y ser constitutiva de delitos. El propio ministro José Blanco calificó certeramente de "chantaje intolerable" la actitud de los controladores por utilizar a los viajeros como "rehenes". Finalmente, el presidente del Gobierno ordenó la militarización del control aéreo desde las 23:00 al no deponer su actitud parte de los controladores. No le dejaron otra salida.
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