'Drum's master'

Como mínimo, la tesis de Sánchez fue un tanto chapucera y, aun así, logró el 'cum laude'. Huele demasiado a trato de favor

14 de septiembre 2018 - 02:30

Han leído Trilogía sucia de la Habana? "Excelente, no se la pierdan", como diría una de esas fajas entusiastas que suelen acompañar a los libros de éxito. En esta novela, editada por Anagrama, el escritor cubano y hombre de mil oficios Pedro Juan Gutiérrez (vendedor de helados, soldado, monitor de natación, técnico en construcción, periodista y locutor de radio y televisión...) nos cuenta las peripecias vitales de su alter ego, un divertido jeta tropical que intenta sobrevivir en La Habana Vieja durante el llamado Periodo especial, eufemismo con el que la burocracia castrista denominó al inmenso fracaso del comunismo cubano una vez que la Unión Soviética se fugó por el sumidero de la historia. Entre los muchos y cervantinos relatos del libro hay uno en el que el protagonista consigue arañar unos dólares enseñándole a tocar los bongos a una guiri, quien llega a bautizar al primero como su drum's master ("maestro de timbales", traducción libre). El desventurado habanero, todo un caballero que limita sus pretensiones a comer todos los días y a liarse con la vecina, acaba hinchado como un pez globo, carcomido por la vanidad y orgulloso de su nuevo título académico pese a no saber distinguir un pandero de un bombo.

España, nuestra incorregible tierra de conejos, está plagada de drum's masters, vivales muy pagados de sí mismos que detentan diplomas sobre las materias más variadas y apasionantes, como son los estudios de género o la gestión autonómica. Otro día habrá que hablar de esa inmensa burbuja universitaria de másteres y cursos de posgrado fomentada por el Plan Bolonia y el afán depredatorio de algunas universidades públicas y privadas. Pero hoy no toca. Hoy toca subrayar la sospecha que nos embarga a todos sobre la veracidad de los currículos de nuestros políticos, sobre todo de los más jóvenes. En cierto sentido era previsible: si uno se pasa todo el día calentando la silla en una sede o agrupación de barrio, peloteando a los jefes y participando en intrigas de baja estofa, poco tiempo le queda para dedicarse al arduo estudio de las materias jurídicas, sociales y científicas. Cifuentes, Montón, Casado... ¿casos aislados o botón de muestra? Nos tememos que lo segundo. Lo de la tesis de Pedro Sánchez no sabemos muy bien en que quedará, pero ya existe la certeza de que fue como mínimo un tanto chapucera y, aun así, logró el cum laude Huele demasiado a trato de favor. Es muy preocupante ver que todo aquello que toca la clase política, sean las cajas de ahorros o la universidad, acaba encharcado por los escándalos y las polémicas. De los drum's masters, líbramos Señor.

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