Enrique / García-Máiquez

Dineros

Su propio afán

15 de julio 2015 - 01:00

HABLAR de dinero es de pésimo gusto, nos decían. Los ingleses, en cambio, no discutían de Dios ni de política ni de la intimidad, que son los tres temas más apasionantes que existen, pero no paraban de hablar de dinero. Fíjense en su literatura, de Jane Austen (especialista en ricos) y Charles Dickens (en pobres) abajo, todos -menos Shakespeare y Chesterton- viven obsesionados por lo crematístico. Cuando iba allí de pequeño, me chocaba. Ya no me chocaría, que estamos aquí como los ingleses o peor, dale que te pego a la economía. Según Rajoy es lo que preocupa a los españoles. ¿Será verdad? ¿Qué pensaría un viejo hidalgo al oír eso? Lo cierto, ay, es que ahora la política internacional son las cuentas de Grecia. Y la municipal se centra en lo que van a cobrar o no los concejales.

Hace unos años propuse que los políticos cobrasen lo que ganaban en su anterior trabajo. Ignoraba que Kichi me leía atentamente. Lo primero que ha hecho, nada más agarrar el bastón de mando, ha sido ponerse su sueldo de liberado sindical. Es un gesto bonito. Pero ha sido ver realizado al pie de la letra mi artículo, y sentir dudas y remordimientos.

Acierta la alcaldesa de Jerez cuando llama la atención de que esta competencia tan fotogénica por ver quién se baja más los sueldos terminará (si no empezó hace tiempo) expulsando a los más capaces. Y más grave es el ahogamiento de la oposición. A los concejales que tienen que controlar al gobierno municipal, Kichi, al bajarles la asignación por asistencia a pleno, les obliga a tener otros trabajos. Con lo que no podrán controlarle tanto, mirad qué ahorro más rentable para… las arcas públicas. Eso es lo serio; lo anecdótico, que no resulta muy caballeroso bajarse uno a sí mismo el sueldo un 20%, pero al de enfrente lo suyo un 80%.

Y luego hay otro cálculo que hacer: si me bajo el salario un 20%, pero trabajo un 50% menos, le estoy saliendo un 30% más caro al erario público, si me permiten la cuenta de la vieja. Se acabaría todo este jaleo de los salarios si los políticos cobrasen por objetivos, eso sí que sería una solución, aunque es difícil, porque cada cual viene con unos objetivos de su padre y de su madre. También podrían cobrar por horas. Coger el sueldo de Teófila misma y dividirlo por las horas que echaba al mes y, luego, que todos cobrasen por jornal, que queda muy popular. Aunque eso sería pasarse, que las criaturas tendrán que comer.

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