Francisco José Ortega

Curso de deudas en un minuto

En abierto

Es general en el fútbol español, pero a los nuevos consejeros del Betis les cuesta creer lo que ven en las cuentas

27 de diciembre 2010 - 01:00

CADA club puede ejecutar la ingeniería financiera como mejor le convenga, pero hay una cosa que al final siempre dará la cara y es que las deudas, se tarde más o se tarde menos, hay que pagarlas. Viene esto a cuento por los teletipos que salen en estos días con motivo de las juntas generales de accionistas en las que las diferentes entidades futbolísticas anuncian unas pérdidas insoportables para cualquier empresa. El Deportivo, por ejemplo, reconocía que ha cerrado 2010 con 94 millones de euros, no de pesetas, de pérdidas, pero no hay que irse tan lejos para temblar con estos balances. El Betis se ha escapado, de momento, de la obligación de rendirles cuentas a sus accionistas al suspender la junta general ordinaria prevista inicialmente para esta semana, pero cuentan quienes acaban de aterrizar en la entidad heliopolitana que allí no han dejado ni un solo euro los anteriores dirigentes. Ni Oliver, ni Lopera, ni nadie, en la tesorería ni siquiera existe calderilla para ir tirando.

Tampoco es la situación demasiado boyante en el Sevilla, donde, sin estar en esos niveles, sí apuntan algunos de los que están enterados de verdad de estas historias que el momento, como en todo el país o como casi en todo el mundo, es particularmente delicado en lo que tiene que ver con los dineros. Y eso, trasladado a las carencias deportivas, es decir, a la necesidad de realizar fichajes de manera inminente, supone que hay que ir con más cuidado de la cuenta a la hora de realizar las inversiones.

A día de hoy, ambas entidades sevillanas, Betis y Sevilla, Sevilla y Betis, viven en magnitudes radicalmente distintas, pero ninguna de las dos es boyante, aunque en el caso de los verdiblancos la soga esté apretando de verdad. Si no está claro por las continuas declaraciones públicas de Bosch y Gordillo, basta con encontrarse por las calles sevillanas en este periodo navideño con algún miembro del nuevo consejo para recibir un cursillo acelerado sobre deudas y lamentos económicos en menos de un minuto.

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