Complicada integración

La que ha salido mejor parada ha sido Cospedal a pesar de no haber pasado siquiera a la segunda vuelta

27 de julio 2018 - 02:30

Son compañeros y en las dos partes se resisten a hablar de unidad porque consideran que el PP está unido y las discrepancias son superables, aunque algún conato hay en las filas de Soraya de ver venganzas personales en las filas de Casado.

El nuevo presidente del partido ha explicado el criterio con el que ha creado su nuevo equipo y cómo había hecho un esfuerzo de integración. Tiene razón al decir que era él quien había ganado esas primarias, pero cualquiera que analice la nueva lista ejecutiva advierte que la que ha salido mejor parada ha sido Cospedal a pesar de no haber pasado siquiera a la segunda vuelta. Las presencias, y sobre todo las ausencias, demuestran que Pablo Casado ha pagado muy generosamente a la mujer que, con su apoyo para que no saliera Soraya vencedora, le ha hecho ganar las primarias. Pero la política es así, señores. Lo que habrá que seguir atentamente es si en el futuro más próximo, cuando haya que elaborar las candidaturas, Cospedal sigue marcando el paso.

Dos nombres, Dolors Montserrat y Teodoro García serán caras fundamentales del PP de Pablo Casado, la primera como portavoz parlamentaria y el segundo como secretario general del partido. Montserrat tiene experiencia, discurso y agallas, virtudes esenciales para ser portavoz del principal partido de la oposición. No le va a ser muy difícil debatir con la socialista Adriana Lastra, e incluso haría buen papel si se enfrentara a Sánchez, aunque habitualmente será Casado quien dé la réplica al presidente.

Caso muy distinto al de Teodoro García, falto por edad y trayectoria de mucha experiencia política, pero que goza de la confianza absoluta de Casado; por eso le ha dado el cargo más importante del partido después de la presidencia. Partido que García conoce lo justo, y en el que además ha creado algún que otro recelo porque es de los que buscan imponer su criterio. Durante las primarias, más de uno le ha señalado como inductor de presiones de todo tipo. A lo mejor, como número dos del PP, deja atrás esos malos modos. O no, y ejercerá el cargo para poner y quitar candidatos en función de sus adhesiones inquebrantables, que es el temor que trasladaban ayer jueves no ya sorayistas sino también algún seguidor acérrimo de Pablo Casado.

Casado ha soltado amarras con Soraya Sáenz de Santamaría, agradece a Cospedal los servicios prestados incluyendo a afines en la Ejecutiva, y configura su equipo de colaboradores con incondicionales. Ya puede echar a andar.

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