¡Oh, Fabio!
Luis Sánchez-Moliní
Maneras de vivir la Navidad
El proceso de descanijamiento del PSOE andaluz que con tanto tino pilota mi Juan (Espadas) lleva incluido de serie el regalito de dejar colocada a Susana Díaz en la Cámara Alta por designación del Parlamento. Nadie dice nada, se hace el silencio mientras los ingenieros socialistas elevan el puente de plata para la trianera, que ya sabemos que es experta en los asuntos de la Cámara de representación territorial por excelencia... por las que hilan. Tenemos que pagarle entre todos su salida del PSOE andaluz sin que nadie rechista. Tragamos como cuando de niños había que dejar jugar de delantero al gordito porque era dueño del balón. Susana Díaz es de la quinta del 74. Todavía joven, ¿por qué no busca un trabajo por su cuenta como miles de españoles?
Clama al cielo que en el fondo aceptemos como normal lo que no debería serlo. Que todos tengamos que entender que el partido le busque acomodo a cinco mil euros al mes aproximadamente. Casi nadie quiere irse a la empresa privada cuando se está en la política. Porque en la privada se trabaja, no se enreda. Hay que llegar puntual, cumplir horarios y generar resultados. No hay coche oficial ni un gabinete de asesores. La privada es dura porque responde al mundo real, no al teatrillo de comedias, vodeviles y novelas que es la política en tantas ocasiones. Tenemos un problema con muchos políticos de un signo y otro que no han cumplido ni 50 años, que no han hecho otra cosa que vivir del erario público a base de ser dóciles con el jefe de turno y que no saben, ni pueden, ni tienen donde acudir a pedir trabajo porque, no nos engañemos, nosotros tampoco se lo daríamos si fuéramos empleadores.
Pocos casos hay como de los de una ex ministra como Fátima Báñez, seria y currante, que prefirió trabajar en la fundación de la CEOE antes que seguir en el alto cargo que le ofreció Casado. Aquí no quieren volver al tajo ni los que lo tienen asegurado. ¿Cuántos jueces, abogados o profesores que tienen un acta de diputado no desean siquiera retornar al puesto que ganaron en su día? No es cuestión solo de tiesura o incapacidad, sino de simple y llana comodidad. En los partidos políticos hay muchas veces más misericordia que en colectivos de la Iglesia. No se deja tirado a nadie, se les desciende de categoría en todo caso, se les busca un refugio, acaso un acudidero. Hoy por ti y mañana por mi, canijo. Deseando estamos de evaluar el trabajo de Susana en el Senado del Reino de España. Antes había que ir a Madrid a hacerse valer, ahora mandamos a los que no valen. Pero con los riñones bien cubiertos para que tengan la boca sellada. Canija, porque tú lo vales. Tú eres el PSOE.
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