Cinema Tomares

El "tal como éramos" de los cines de verano sólo se vive en el heroico Cinema Tomares

17 de julio 2022 - 01:45

Acapulco, Alegría, Alexys, Alfarería, Alfonso XII, Almirante, Andalucía, Arrayán, Asunción, Avenida… Escribo del Cinema Tomares, último auténtico cine de verano en nuestra provincia, sobre un tapiz tejido con los nombres de los cines que disfrutamos y perdimos…

Barzola, Bosque, Candelaria, Capitolio, Casablanca, Cerro, Cruz Campo, Cruz Rosa, Emperador, Enramadilla, Gran Plaza, Guadalquivir, Hiniesta… El heroico Cinema Tomares -72 metros de pantalla, ambigú con tapas caseras- funciona desde 1964… Y de aquellos años 60 son estos cines de verano que he tomado de una vieja cartelera…

Ideal, Juan XXIII, La Gloria, Montecarlo, Palmera, Pasarela, Pío XII, Plantinar, Plata… Rafael Cansino es el héroe que, continuando con la tradición familiar, ha derrotado los estragos del tiempo, la falta de apoyo y la deserción del público de las salas luchando por puro amor al cine -"si me pinchan sale celuloide en vez de sangre"- y a su querido local que es historia viva, auténtico Bien de Interés Cultural que debe ayudarse y protegerse como debería hacerse más de lo que se hace con su único hermano superviviente de invierno, el histórico y todavía cerrado Cervantes…

Real Cinema, Rex, Ronda, San Gonzalo, San Juan Bosco, San Leandro, San Luis, San Sebastián, Santa Catalina, Santa Cecilia, Santa Marina, Sinaí, Su Eminencia… Con guasa Rafael Cansino dice que proyectará "películas de humor, dibujos animados, aventuras, grandes producciones de Hollywood... pero ninguna de terror, porque bastante hemos tenido ya con la pandemia". Recoge así la auténtica tradición de los cines de verano en cuyas pantallas, sobre las que no era infrecuente que corriera una salamanquesa, se proyectaron desde los años 20 hasta los 80 todo tipo de películas, tanto de subgéneros populares como grandes producciones de Hollywood. En ellos vi películas de romanos y de monstruos en los años de los peplums, Godzilla y Harryhausen, de terror castizo de Amando de Ossorio y Paul Naschy, de espías, espagueti western o kárates según cambiaban las modas… Y también todos los grandes estrenos de las temporadas pasadas que, extenuado el celuloide y agotada la licencia de explotación de cinco años, hacían en los cines de verano su último saludo en la pantalla. Meritoriamente el Ayuntamiento proyecta al aire libre en los distritos y la Diputación en su patio. Pero el "tal como éramos" de los cines de verano solo se vive en Tomares.

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