La aldaba
Carlos Navarro Antolín
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AYER se cumplieron 70 años de la muerte del sevillano y universal Manuel Chaves Nogales (1897-1944) en su muy amado Londres. Amándolo tal vez más que nunca porque en mayo de 1944 el Reino Unido era el bastión europeo de las libertades democráticas que él había defendido siempre. En París, primero, y en Londres, después, Chaves Nogales era un exiliado político atípico. No había huido "sólo" del golpismo franquista. Había huido de las dos Españas casi al principio de la guerra, en noviembre de 1936, cuando el Gobierno de la República se trasladó a Valencia.
El 18 de julio estaba en Londres. Volvió a España para sumarse, desde la dirección de su periódico Ahora (el segundo con mayor tirada de Madrid), que al poco fue incautado por un Consejo Obrero, a la lucha contra el golpismo fascista; pero dejando clara su postura: "Yo que no había sido en mi vida revolucionario, ni tengo ninguna simpatía por la dictadura del proletariado, me encontré en pleno régimen soviético. (…) Me puse entonces al servicio de los obreros como antes lo había estado a las órdenes del capitalista, es decir, siendo leal con ellos y conmigo mismo. Hice constar mi falta de convicción revolucionaria y mi protesta contra todas las dictaduras, incluso la del proletariado, y me comprometí únicamente a defender la causa del pueblo contra el fascismo y los militares sublevados. Nadie me molestó por mi falta de espíritu revolucionario".
Pronto las cosas cambiaron. El 21 de julio desde el diario de la UGT Claridad llamaba al periódico de Chaves Nogales, que desde el 19 de julio había manifestado inequívocamente su apoyo a la legalidad republicana, "el más peligroso para la República" y exigía su incautación en este editorial: "Este reptil ha sido excluido -por olvido, sin duda- de la incautación hecha por el Gobierno de los otros diarios consabidos. Repetimos que Ahora es el más peligroso. Los otros estaban enfrente sin disfraz. Ahora, no. Ahora se dice al lado del régimen, aunque con un tono conservador. El régimen debe sentir ante semejante proximidad, la amenaza de un cuchillo alevoso que busca su minuto… Ahora es un periódico cuyos intereses caen del lado de lo viejo". Lo viejo, tanto para UGT y el sector socialista de Largo Caballero como para los comunistas y anarquistas, era la República democrática que denominaban despectivamente "burguesa". Y las amenazas se cumplieron, como se verá mañana.
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