Carlos Alcaraz aprende a frenar

El fenómeno murciano ha tardado menos que nadie en descifrar el juego sobre la hierba

Carlos Alcaraz celebra su victoria en Queen's.
Carlos Alcaraz celebra su victoria en Queen's. / Tolga Akmen (Efe)

26 de junio 2023 - 06:06

A VER quién es el guapo que le pone frenos a la fulgurante carrera de Carlos Alcaraz hacia quién sabe dónde. Lo único que intuimos es que pondrá la pica final en una altura donde a los mortales nos faltaría el oxígeno. Y el tiempo, como siempre, dictará. Ponerle frenos a sus briosas carreras, con la sangre hirviendo de sus 20 años y la envidiable elasticidad de sus músculos de 20 años, es lo que ahora mismo preocupa a su primer entrenador, Juan Carlos Ferrero. Sabe el callado y agudo Mosquito que a su pupilo a veces parece que se le quede la pista corta y ese juego desbocado ya le ha jugado alguna mala pasada.

De momento, el fenómeno murciano ha aprendido a pisar el pedal del freno conforme ha ido batiendo a sus rivales en el torneo de Queen’s. Dice el tópico que el cerebro de los niños es como una esponja, ¿no? Ya sabe Charli que en la hierba, la sutileza cotiza altísimo. Que la fuerza ya te la imprime el bote y que las bolas se suelen ir largas más a menudo. Y en sus últimas rondas ha tirado más de los golpes cortados y bloqueados para sacar su mortífera derecha sólo cuando lo ha tenido realmente claro.

Ante De Miñaur, que empezó la final realmente bien, el español tuvo el autocontrol suficiente, domeñó la ansiedad y aguardó su ocasión para asestar el golpe. Aunque aún le falta el abanico de recursos y el manejo asombroso de los partidos de Nadal, tiene mejor saque que el balear y bastante mejor volea. Sus tres seguidas ante De Miñaur en el juego que resultó decisivo para adjudicarse la primera manga distinguen a uno de esos elegidos jugadores que saben flotar sobre la hierba. Es muy difícil eso y él se ha adaptado en dos ratos.

Djokovic necesitó seis años en el circuito para ganar su primer torneo en hierba. Nadal, cinco. Federer, cuatro. Y el diamante de El Palmar, dos años y once partidos del tercero. Y su rostro, aún con acné. Cuánto disfrutaremos.

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