Monticello
Víctor J. Vázquez
No es 1978, es 2011
Azul Klein
Admiro el programa de reflexiones culturales y literatura con mayúsculas que diseña José Daniel M. Serrallé para la Casa de los Poetas, un foro municipal que no tiene nada que envidiar a los más asentados y publicitados ciclos que acogen la Fundación Juan March en Madrid o el CCCB en Barcelona. Pero, ya sea por su sede en el convento de Santa Clara o porque los ponentes usan micrófonos de mesa en lugar de esos inalámbricos popularizados por Madonna que asociamos a eventos dinámicos o aptos para millennials, sus debates no resuenan arriba de Despeñaperros como debieran. Y ahora lo hacen porque José Manuel Sánchez Ron, historiador de la ciencia y académico de la RAE, ha cancelado con menos de 48 horas y por la alerta sanitaria su presencia en la mesa El legado de la Ciencia en la historia de la Cultura, que clausurarán mañana Valentí Puig, Juan Arnay y Manuel Lozano Leyva en diálogo con ese gran periodista que es Miguel Lasida. La decisión de Sánchez Ron evidencia la fragilidad de todos los eventos culturales previstos en los próximos días, cuando debe comenzar una de las mejores ediciones del Festival de Música Antigua de Sevilla (Femás), que desglosa hoy en una recomendable guía heterodoxa nuestro crítico Pablo J. Vayón.
Los protocolos ante el Covid-19 en Madrid, donde se han prohibido los eventos en recintos cerrados que concentren más de mil personas, ponen en vilo las funciones de Aquiles en Esciros de Corselli, la gran producción operística del Teatro Real para esta temporada y que cuenta en el foso con la Orquesta Barroca de Sevilla (OBS), elegida por su gran calidad por el director musical del Real, el especialista barroco Ivor Bolton. El Real recupera en tiempos modernos en España (sólo se adelantó Dallas) una partitura exquisita, fruto del mecenazgo musical de los reyes y de la influencia del cantante Farinelli en la corte de Felipe V e Isabel de Farnesio. Es un acontecimiento histórico, mimado hasta el límite por el Teatro Real, en cuyos talleres se dan las últimas puntadas al vestuario rococó diseñado por Julia Hansen, y entre los dos elencos que se alternan figura la soprano sevillana Leonor Bonilla, ascendente en su carrera. Ayer los ensayos se desarrollaron con tranquilidad y Bolton expresó su admiración y felicidad por el sonido que ha logrado la OBS de una partitura rescatada y editada por el musicólogo Álvaro Torrente. Aunque fuera digitalmente, el Real debería registrar esta maravilla musical y escénica, un documento verdaderamente histórico pues no hay grabaciones musicales de la ópera. Si el coronavirus no lo impide, la OBS debería estrenarla del 17 al 27 de marzo. Compuesta para la boda de la infanta María Teresa Rafaela, Aquiles en Esciros parece una inmejorable terapia para esta epidemia de confusión en que nos desenvolvemos.
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