La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La sanidad funciona bien muchas veces en Andalucía
Trascendental cita la que la selección española tiene esta noche en el Olímpico de Atenas. Al pie del Partenón se dispara la primera bala con destino al Mundial de Qatar 2022. Aquel 1-1 del 25 de marzo está pesando más de la cuenta, lo que se agravó con la derrota reciente en Solna. Y ahora, cuando en el horizonte se embosca una demoníaca repesca, España no tiene otra salida que la de derrotar esta noche a la tropa de Antonios Nikopolidis.
La impresión que emana es que este Grecia-España va a jugarse en un campo minado. Ganar en Atenas nunca fue pisar una alfombra roja y de hecho hay que recordar cómo el líder de este enrevesado Grupo B ya cayó en dicho rodeo. Contra todo pronóstico, pero Suecia dio con sus huesos en la lona ateniense seis días después de hacer lo propio con España en Estocolmo. Quiere decirse que este duelo de hoy presenta más aristas de las deseables habiendo tanto en juego.
Y es que no ganar hoy significaría mirar a la clasificación directa como algo muy complicado. Esperar que Georgia se imponga a los escandinavos esta tarde en el Adjabaret Arena georgiano es pasarse de optimista por mucho que los maracanazos sean tan antiguos como el propio fútbol. Lo cierto es que cuando el equipo de Luis Enrique ya sabrá qué hicieron georgianos y suecos, algo que puede dar o quitar presión al partido de los nuestros, pero eso es lo de menos.
Depender de uno mismo es lo mejor que ofrece la batalla ateniense. Estar en el Mundial es de obligado cumplimiento para el fútbol de un país que no falta a un Mundial desde 1974. Casi medio siglo de aquel fracaso, Qatar se mira como un objetivo obligado y para eso se ha de dar esta noche el primer paso. La historia declara a España claro favorito, pero nunca fue sencillo doblegar a unos helenos que hasta, con su rusticidad, ganar la Eurocopa de Portugal. A ver qué pasa.
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