El lanzador de cuchillos
Martín Domingo
¡Boom!
El novato
DIBUJA el swing con el palo antes del impacto, golpea, otea el horizonte observando la dirección de la bola y zanja: "¡Bote PSOE...!". Gonzalo Fernández Castaño es uno de los golfistas más ocurrentes del circuito. Tiene este tipo de golpes. Hila tan fino el madrileño que deja que sobrevuele la duda de si quiere expresar que el bote de la pelota ha sido malo o que le ha salido excesivamente a la izquierda. A veces, verdad, va directo al grano, sin juegos de palabras, como cuando le habló a la cámara mientras caminaba por el campo en un torneo entre Europa y Gran Bretaña-Irlanda y dijo alegremente mientras pelaba un plátano: "Un mensaje para Zapatero. Nos vas a dejar en pelotas a todos".
Al grano sí que va ahora Susana Díaz. Su tibia campaña de diciembre ayudó poco a Pedro Sánchez por mucho que presuma de que un cuarto de los escaños socialistas en el Congreso fueron andaluces. Ahora tienen que ir de la mano porque no peligra sólo que Unidos Podemos los adelanten; está en juego nada menos que el Partido Socialista Obrero Español. Pablo Iglesias enterrando a Pablo Iglesias. ¡Qué cosas, oiga!
La líder sureña se ha enfrascado a fondo para que el puño y la rosa salgan a flote. Necesitan ambos, Sánchez y Díaz, un "vote PSOE" y no un "bote PSOE", ya sea por malo al birlárselo el PP, ya sea por un excesivo escoramiento a la izquierda y que se beneficie Unidos Podemos.
La tabla de salvación socialista se encuentra aquí, entre Huelva y Almería, en la tierra de Felipe y Alfonso, pero también de los ERE y los cursos de formación. Díaz ha sacado toda su artillería para amortiguar lo que pueda el presumible cataclismo de Sánchez. Luego, desde el lunes 27, empezará a cobrarse las deudas o pedirá la cabeza del secretario general en bandeja de plata. Pero lo primero es que el bote y el voto salgan buenos. En caso contrario, el líder quedará desnudo, en pelotas.
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