Notas al margen
David Fernández
El problema del PSOE-A no es el candidato, es el discurso
ESPAÑA les roba, y las balanzas fiscales lo demuestran. A cambio de dejar aprobar dos decretos, Junts acaba de obtener del Gobierno una nueva concesión; quizás, la peor de todas, la más dañina, la publicación de las presuntas balanzas fiscales, el balance que demostraría el saqueo al que España tiene sometida a Cataluña, la diferencia entre lo que esta comunidad aporta y recibe del Estado.
Como no hay consenso ni sobre el concepto ni sobre la metodología para calcularlas, es posible que esto no se materialice en ninguna publicación, pero el precio moral que paga el PSOE es demasiado alto. Es el reconocimiento de que no pagan los ciudadanos, sino los territorios.
Andreu Mas-Collel, que fue el consejero más sabio que nunca tuvo Artur Mas, un economista propuesto en varias ocasiones para el Nobel, logró hace una década centrar el debate territorial de España en lo que, realmente, interesa a los soberanistas: el supuesto desequilibrio fiscal de Cataluña con España que, además, sirve para blanquear la tremenda deuda que la Generalitat ha ido contrayendo, tanto con el Estado como con los mercados privados. Éste fue el talón de Aquiles del proceso independentistas, nadie se independiza de otro si le debe 72.000 millones de euros.
Junts está dirigido por un hombre moralmente acomplejado porque sabe, como sabemos todos, que la ley de amnistía tiene su nombre y su apellido, todo el debate de la investidura gira en torno a su solución personal, y de esa debilidad nace su falta de compromiso con la estabilidad del Gobierno. Después de la amnistía, del mediador internacional y de las comisiones de investigación, casi no quedaba nada por pedir, así que sobre la marcha Junts ha rescatado las balanzas del olvido y ha conseguido un traspaso de políticas migratorias a la Generalitat, aunque no gobierne esta institución.
La relación entre Junts y el PSOE no es la de un pacto de legislatura, no hay ni compromiso presupuestario ni un acuerdo para una mínima estabilidad como ocurre con ERC o Bildu, es un mecanismo de chantaje permanente que va más allá de lo imaginable. ¿Qué será lo próximo? Jordi Turull, secretario general de Junts, lo ha avanzado: Sánchez deberá reunirse con Puigdemont antes de que se apruebe la ley de amnistía y el PSOE no podrá vetar las comparecencias de jueces en las comisiones de investigación.
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