La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Más allá de la voz de la Laura Gallego
Sevilla/Qué buenas son las hermanas ursulinas, qué buenas son que nos llevan de excursión. Y qué bueno es el alcalde Oseluí que nos dejará beber cerveza de pie en las puertas de determinados bares. ¡Libertad para sacar el tanque con el cañonazo de espuma a la mismísima calle de 12 a 14 horas y de 20 a 22 horas! Libertad sin ira... y restringida. Dos horitas al final de la mañana y todos a casa a comer con el informativo de Canal Sur. ¿Pero se podrá tomar algo de empapante o solo beber cerveza? Si tomamos tapa que sea según la definía Garmendia: porción de comida que permite almorzar en el hogar. Aunque ya se sabe que es mejor comer dos veces que tener que dar explicaciones, pero dudamos de que el Ayuntamiento haya incluido esta disposición en el borrador de la normativa. El caso es que tenemos un gobierno valiente. ¡Valiente gobierno! El alcalde afronta los debates serios de la ciudad a la espera de que pronto, prontito, tengamos Gobierno de España y los tenientes de alcalde y los que no lo son (porque tenemos ediles gubernativos premium y ediles rasos) comiencen a aporrear las puertas de los Ministerios para exigir un compromiso con la ciudad que espera la red completa de Metro, la terminación de la SE-40, la comunicación ferroviaria del aeropuerto con Santa Justa o la ampliación del Museo de Bellas Artes, por citar solo cuatro proyectos. Pero de momento tenemos la esperanza de una normativa que ofrezca cobertura legal para uno de esos usos que en Sevilla se denominan “de toda la vida”. ¿Por qué algo es de una manera? Porque es así de toda la vida. Y no hay más explicaciones.
Oseluí oficializa tomarse la primera a la hora del Ángelus. ¡Qué bonito! La de veces que hemos oído una de las máximas tabernarias: “¡Una a las doce... y doce a la una!”. Pues ahí lo tienen: la primera cerveza se puede tomar a las doce, que así lo dicta el Ayuntamiento. El problema es que a las dos de la tarde es cuando mucho personal sale de los juzgados, del banco o de la oficina y se acerca a Coronado a tomar la primera... en la calle. Todo el mundo no puede estar a las doce en un bar, señor alcalde. ¿Estaremos quizás ante una maniobra para adaptarnos a los horarios de los guiris, nuestros amos y señores, dicho sea a lo Mañara? ¿O es una prueba piloto para adelantar los horarios de la Feria, que falta hace? A las doce hay sitios donde todavía están despachando el descafeinado con la última media tostada con aceite de oliva, que sea de la parte de abajo y poco hecha. Y mi alcalde se toma la primera. De pie y en la calle. ¡Óle ahí ese tío que va ahí!
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