La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La sanidad funciona bien muchas veces en Andalucía
Sevilla/La duración de la Feria y el retorno al consumo de cerveza en la calle sin necesidad de estar sentado en una mesa no deben ser los grandes asuntos que marquen el inicio del pontificado del señor Sanz. Nos anuncian además la penitencia añadida de la convocatoria de un nuevo plebiscito que no beneficiaría en nada a la imagen de la ciudad. Tenemos un gobierno para que tome decisiones, no para que moleste a la ciudadanía con consultas absolutamente perjudiciales en un mundo en el que se compite más que nunca con las marcas. Y la nuestra no debe ir asociada a un plebiscito sobre cuántos días debe durar nuestra principal fiesta laica. Esa piel de plátano ya la pisó mi Juan (Espadas) cuando fue alcalde y se metió en un terreno de albero enfangado. Más le vale al alcalde no contribuir a ponerle el foco a asuntos que deben ser secundarios. Saquen las fiestas mayores de absurdos debates y dedíquense los barandas municipales a cuidar la seguridad de la Semana Santa y a reducir la Feria sin hacer más ruido del necesario. No repitamos errores del pasado más reciente, entre ellos el de la apuesta por una absurda participación ciudadana. Los vecinos ya se pronunciaron con el voto.
Haga el alcalde que los debates promovidos desde la Plaza Nueva sean reivindicativos de infraestructuras que necesitamos como el comer. Métale mano al taxi, que tanto falta en horas punta, al servicio de inspección de Urbanismo, que no existe por las tardes y a la Línea Verde de la Policía Local, que no da abasto. ¿Le sugerimos más asuntos? Sanz acierta con la subida de sueldos a los gerentes de las empresas municipales para poder fichar en el mercado cualificado, pero conviene no ventear desde la oficialidad asuntos de las Fiestas Mayores fuera de temporada. Aléjese, señor alcalde, del populismo hispalense, del miarmismo, de los saraos, de la Sevilla del botellín fresquito de toda la vida, del yintonsito con fotos en las redes sociales, de los debates de barra de bar sobre si son churros o calentitos... Para eso ya están otros. Y para eso ya están los corrillos de los bares, muy respetables los dos (tertulias y tabernas) en cualquier caso.
Y tenga mucho ojo el nuevo delegado responsable de la Policía, señor Flores, porque los agentes se pueden rebelar más pronto que tarde si se les deja desamparados ante los vecinos que ayer mismo comenzaron a quejarse porque la gente se echó a la calle tras las declaraciones del alcalde apoyando la vuelta a esos hábitos de siempre. La ciudad no está para estos farolillos. Mientras esperamos el Gobierno resultante del 23-J para saber a qué ministros hay que exigir inversiones, vaya Sanz por ejemplo a los barrios pobres y reúnase con Cáritas. Use el poder para cosas sustanciales.
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