La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La sanidad funciona bien muchas veces en Andalucía
Habrá que darle a la Alameda la vara que mida el volumen de normalidad de esta ciudad que está abandonando como con prisas el estado de postración vivido durante un año y medio largo como una noche de insomnio. La Alameda es como sístole y diástole del pulso de la ciudad y en este puente multitudinario del Pilar ha dado la medida desorbitada de lo que está dando de sí un fin de semana ligado con el puente. Sentarse en estas tardes en un velador de la Alameda es como en una primera fila de barrera donde contemplar qué depara la vida, cómo es el nivel de animación y con qué entusiasmo se acoge lo que ya es posible confirmar, que no es otra cosa que la vuelta a la normalidad. Así como se dice que quien no ha visto toros en El Puerto no sabe qué es un día de toros, si usted no se asoma a la vera de los Hércules no sabrá minuto y resultado de Sevilla.
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