La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La sanidad funciona bien muchas veces en Andalucía
Primer lunes del segundo agosto de la pandemia y coincidente con la festividad de Nuestra Señora de los Ángeles, pero a lo que vamos es al inicio de la época del año en que Sevilla tiene más de paraíso; terrenal, pero paraíso. Aunque la fiebre turística se ha venido arriba y el soniquete de las maletas rodantes vuelve a ser banda sonora de la ciudad, agosto en Sevilla es una maravilla. En estos días, la posibilidad de pasear en silencio por un laberinto desierto alcanza un elevado porcentaje de disfrute. Sólo el inconveniente del alto número de bebederos cerrados por vacaciones le pone sordina a este gozo. Es más, no sería mala cosa prohibir, ¿será por prohibir?, el cierre de estos establecimientos que, además, suelen figurar en el top ten del ramo. Y cómo se compadecería uno de los que guardan larga cola en el chiringuito bajo la vieja conseja de que sarna con gusto no pica.
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