Notas al margen
David Fernández
El problema del PSOE-A no es el candidato, es el discurso
QUE el debate estaría mediatizado por la ausencia voluntaria del candidato del PP a la presidencia del Gobierno, Alberto Núñez Feijóo, era algo totalmente previsto. Desde el principio los dos candidatos de izquierda, Pedro Sánchez (PSOE) y Yolanda Díaz (Sumar), intentaron, sin éxito, hacer ver que al que no comparecía lo representaba Vox.
Desde el primer bloque, el económico, además, quedó patente que el presidente del Gobierno perdía al presentarse en ticket con Yolanda Díaz, a la que identificó como su vicepresidenta. No podía dar otro giro a su campaña, que del voto útil pasó al “Gobernaré con Sumar”, precisamente porque la apelación a concentrar el sufragio en la papeleta socialista no se reflejaba en los sondeos.
Abascal acertó al obviar la ausencia del líder del PP y se centró en enfatizar “mentiras” y “estafas”, dijo, del Gobierno.
Sánchez trajo aprendida la lección de no interrumpir casi a Abascal: reiterar esa actitud sólo habría recordado su perfil desencajado que le hizo perder el cara a cara con Feijóo.
Ni siquiera cuando Abascal les sacó en el bloque social –más vivo– la excarcelación de 117 agresores sexuales por efecto de la ley del sólo sí es sí entró al trapo. La única misión (fallida) era tratar de igualar a PP y Vox. Abascal se llevó definitivamente el gato al agua del bloque señalando el mayor problema de la ley trans: que borra todas las conquistas feministas porque cualquier hombre puede autodeterminarse mujer.
Díaz se reivindicó más que Sánchez, que nunca encontró su sitio, y Abascal fue a lo suyo: reafirmar su voto con eficacia.
El debate fue aburrido, anodino. La conclusión es que sirvió para poco: ni siquiera para que el enorme riesgo que tomó Feijóo por ausentarse tuviera coste real para el líder del PP.
También te puede interesar
Lo último