¡Oh, Fabio!
Luis Sánchez-Moliní
Esplendor del Palacio Real
Los accionistas de Abengoa llevan desde diciembre pasado intentando sustituir al consejo de administración que el mismo día que tomó posesión traicionó los mandatos de los partícipes que les habían votado y asumieron los postulados de la dirección anterior, que buscaba desgajar todo lo que tiene valor del grupo de la matriz cotizada. A final de febrero, cuando los accionistas ya votaban masivamente su cese, el consejo, formado sólo por dos personas, decidió pedir concurso voluntario en la sociedad holding, un movimiento que buscaba la cancelación de la junta general extraordinaria que hubiera supuesto su segura destitución. Lo consiguió. Porque el juez del concurso así lo dispuso. Esgrimió el magistrado un motivo de legalidad -que no podría estar presente el administrador concursal al no estar nombrado- para conceder una suspensión cautelar, que acabó transformada en cancelación definitiva.
Los accionistas no se rindieron y actuaron también presentando una oferta no vinculante junto con los empresarios mexicanos Luis y Mauricio Amodio. Éstos pidieron que mientras se realizaba una due diligence no se solicitara otra junta extraordinaria para evitar tensiones con el consejo de administración. Así ocurrió hasta que los Amodio se retiraron ante el resultado del informe de empresa. El pasado día 21, la sindicatura de minoritarios que es el máximo accionista de Abengoa, con más del 21% del capital, solicitó otra junta extraordinaria para consumar el relevo que la cancelación judicial impidió en marzo.
Paralelamente, ese mismo 21 de mayo, un accionista solicitó al Registro Mercantil que convoque otra junta general, en este caso ordinaria, porque se ha incumplido la ley al no convocarse la correspondiente al ejercicio de 2019.
Desde el consejo de administración actual, formado sólo por el presidente y por otra integrante, que debe ser ratificada en una junta de accionistas para que su nombramiento adquiera firmeza, y desde la administración concursal, a la vista de lo que ha trasladado al comité de empresa, quieren impedir que los accionistas ejerzan sus derechos en alguna de esas asambleas de propietarios.
Los incumplimientos en Abengoa ya han supuesto un procedimiento sancionador por parte de la CNMV y la vía judicial contra administradores está también abierta en una querella que se tramita en Sevilla. Lo que está en juego es dilucidar si se cumple la ley y se permite a los accionistas ejercer de propietarios. Que lo siguen siendo. Cualquier solución para Abengoa pasa además por contar con su consentimiento.
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