¡Oh, Fabio!
Luis Sánchez-Moliní
Esplendor del Palacio Real
La dirección de Abengoa lleva mes y medio dando patadas hacia delante al balón hasta el punto de entrar en un bucle, del que ayer tampoco supo o quiso salir. El consejo de administración que preside Gonzalo Urquijo da un plazo y otro a la Junta de Andalucía, para que aporte 20 millones al rescate que ha pactado con el Gobierno central y los principales acreedores de la multinacional sevillana fundada en 1941. No existe un compromiso formal de aportarlos .Y cada plazo se prorroga. Y cada vez que se extiende, se amenaza al Gobierno andaluz con declarar una quiebra que nunca llega. Y ojalá que no llegue nunca.
Urquijo se resiste a desvelar si esa amenaza de quiebra es un farol. Un ardid para presionar a la Administración andaluza, como lo es amenazar con llevarse a la empresa a otra comunidad autónoma.
La táctica es difícil de comprender, porque el método de presionar y presionar, más propio de otras organizaciones que de una cotizada de prestigio, sólo parece conseguir que el Gobierno autonómico se enroque en su negativa a dar una ayuda directa sin un procedimiento que respete la igualdad de oportunidades. Porque el Gabinete ha dicho hasta la extenuación, por boca de distintos consejeros, que no dará ayudas como las que acabaron en los tribunales en la larga etapa socialista en la Junta.
La pregunta que me hago es si el rescate que defiende el actual consejo de administración, que curiosamente no posee ni una acción de la compañía, según la CNMV, no es ya papel mojado. Primero porque la Junta de Andalucía confiesa sentirse amenazada y se niega a participar. Y segundo porque si ésta no participa el contrato de la refinanciación se rompe. El propio Gobierno central del PSOE y UP ya advirtió que no participará si no lo hace el Ejecutivo andaluz. Pero Uquijo y su consejo se resisten a responder. Ayer lo difirió hasta al próximo martes.
La fecha no es casual. Porque el futuro de Abengoa ya no depende tanto de la Junta como de la junta... de accionistas. Ese mismo día, si es que el lunes próximo no se celebra antes porque en primera convocatoria haya el quorum suficiente, los propietarios del grupo decidirán si revocan ese rescate y destituyen al consejo de administración para renegociar un salvamento distinto, con la intención, dicen, de garantizar la continuidad de la matriz histórica y la viabilidad de todo el grupo. Serán los accionistas quienes intenten sacar a Abengoa del bucle. Bien respaldando a Urquijo y su consejo, bien denefestrándolos. Miles de familias están pendientes de ellos, las de 14.000 empleados y las suyas propias, las de miles de inversores que luchan para no perder su dinero.
También te puede interesar