Notas al margen
David Fernández
El problema del PSOE-A no es el candidato, es el discurso
La aldaba
La procesión magna ya es la magnísima. Algunos se sorprenden de que haya reparos de seguridad al recorrido tras los informes críticos de los servicios de seguridad y emergencias. Todo es fruto del genuino carácter de los sevillanos, una seña de identidad que el arzobispo caló desde el minuto uno. “Hagamos una procesión tal y tan grande que los que la vieren nos tomen por locos”, es el lema de cuanto se prepara para el día 8 de diciembre en armonía con el espíritu de los canónigos que en 1401 encargaron la fábrica de la Catedral. ¡Si lo dijo alto y claro el señor arzobispo! El congreso se rematará con la “gran traca”. ¿Y por qué? Porque Sevilla es la capital de la religiosidad popular, como proclamó la pasada cuaresma en la Fundación Cajasol. ¿Una exageración de procesión? Pues ya es nuestra exageración. ¿No son seguros los Jardines del Cristina porque el público se quedaría encerrado por el propio cortejo?Pues que los sesudos expertos busquen la solución. ¿Se puede salvar que la comitiva siga pasando por delante del Palacio de San Telmo?Sí, pero tal vez por otra fachada que no sea la de la Avenida de Roma.
La gran clave es la tremenda avalancha que se espera en Sevilla para esa fecha. La estimación es de 500 autobuses. Sumen el público de la provincia, los coches, los trenes y los aviones. Y que ese día no hay otras procesiones en España. Si hemos ultimado una Exposición Universal al mismo tiempo que celebrábamos la Feria, podremos hacer esta magnísima. Si hemos organizado dos visitas del Papa, que se afanen Paco Vélez y Manuel Alés, presidente del Consejo de Cofradías y delegado de Fiestas Mayores, respectivamente. En Sevilla ha habido en los últimos 30 años desde cumbres europeas a finales de fútbol internacionales, pasando por desfiles de las Fuerzas Armadas, una boda real, la gala de los Grammy, la ceremonia de los Goya, consejos de ministros, conciertos de convocatorias masivas, etcétera. ¿Ahora, justo ahora en pleno julio, nos hemos enterado de los puntos negros del recorrido de una magnísima en la que se trabaja desde hace un año? Doctores tiene la Iglesia y expertos en logística cofradiera tiene esta ciudad como para impartir un máster. El pifiazo que daríamos si clausuramos la magnísima sería monumental. Nuestra especialidad son las procesiones extraordinarias, tanto que en 2025 las exportamos a Roma. Los señores de la seguridad se ponen tiquismiquis con los puntos negros. Seguro que el alcalde y el arzobispo se ponen de acuerdo... en diez minutos. ¡Adelante los autobuses! ¿500? Pocos son.
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