Visto y Oído
SoniaSonia
LA vicepresidenta Nadia Calviño y el ministro de Seguridad Social José Luis Escrivá han declarado recientemente en el foro Spain Investor Day, ante más de 200 inversores de 14 países y 46 grandes empresas cotizadas ,qué tienen la intención de trasladar a los sindicatos y a la patronal y posteriormente a Bruselas, dentro del plan de inversiones y reformas para acceder a la ayuda del Next Generation UE, la propuesta de convertir los ERTE en un mecanismo perpetuo y estructural del mercado de trabajo , como herramienta para aumentar la flexibilidad y estabilidad laboral y reducir la temporalidad y precariedad salarial. La propuesta está fundamentada en la favorable experiencia de la aplicación de los ERTE en la reciente crisis para contener la destrucción de empleo. La propuesta ha sorprendido ya que se realiza en un momento de una dura negociación, en la que el Gobierno pretende limitar el alcance temporal de los ERTE, frente a los sindicatos y la patronal empresarial que los quieren ampliar hasta septiembre. Es probable que esta misma semana se alcance un acuerdo de prórroga hasta el 31 de mayo. La propuesta de perpetuar los ERTE también sorprende desde el punto de vista presupuestario , en un momento en el que el déficit estructural está disparado y la deuda pública se acerca al 120% del PIB. El coste anual de los ERTE en 2020 supera los 30.000 millones de euros.
¿A qué se debe la propuesta del Gobierno y qué es lo que pretende? El primer borrador de reformas enviado a Bruselas no recoge todavía la reforma de las pensiones, ni la reforma laboral. El Gobierno es consciente de que Bruselas no aceptará la derogación de la reforma laboral de 2012 que el Gobierno de coalición pactó en la investidura, ya que podría dificultar el acceso a la ayuda del Next Generation UE. La propuesta de convertir los ERTE en un mecanismo permanente del mercado de trabajo puede ser una estrategia de Sánchez para obviar la derogación de la reforma laboral. Todavía no conocemos la letra pequeña de la propuesta de perpetuación de los ERTE, ni tampoco los requisitos de acceso a los futuros ERTE. Los ERTE están inspirados en el Kurzarbeit alemán, aplicado con éxito en las dos últimas crisis. Es un mecanismo similar al español que pretende que los ajustes del mercado de trabajo se hagan a través de la reducción de las horas trabajadas y no mediante despidos. El Gobierno alemán subvenciona hasta el 67% del salario del trabajador , siempre que la reducción de la jornada laboral no sea menor del 10% y afecte al menos al 30% de la plantilla. Es un mecanismo de aplicación puntual, limitado a tiempos de crisis, cuyo objetivo es evitar que el ajuste se haga vía despidos en lugar de reducción de la jornada laboral. Dada la holgura presupuestaria el Gobierno alemán ha podido prorrogarlos hasta finales de 2021. Los programas temporales de empleo de Alemania están limitados a 12 meses y por lo tanto son puntuales y limitados a tiempos de crisis. Por otra parte es evidente la fortaleza presupuestaria de Alemania, muy superior a la de España. El control de los requisitos de acceso en Alemania es muy estricto, cosa que no ha ocurrido con la gestión de los ERTE en España, que ha sido caótica.
Pendientes de la concreción de la propuesta del Gobierno hay que hacer las siguientes advertencias: primero, los futuros ERTE se deben de contemplar como un instrumento excepcional, limitado a tiempos de crisis y no de utilización permanente y sin límite. Segundo, un acceso permanente e indiscriminado a este mecanismo crearía incentivos perversos para empresas inviables o zombis, lo cual supondrá una mala asignación de los recursos públicos e impactará negativamente en la productividad del sistema. Tercero, los ERTE permanentes distorsionan la competencia empresarial y atentan contra la competitividad de las empresas más eficientes. Cuarto, tras una crisis profunda se debe de producir un proceso de reasignación de recursos y de transformación del sistema productivo para adaptarse a la nueva realidad. Una política que subvencione permanentemente a empresas inviables impedirá el necesario proceso de reconversión y transformación del sistema. Quinto, uno de los desequilibrios más importantes de España es su creciente déficit público estructural, perpetuar los ERTE lo aumentará. Sexto, el déficit de la Seguridad Social, que ya hoy es insostenible, se vería agravado por la caída permanente de los ingresos como consecuencia de la ausencia de las cotizaciones de las empresas acogidas a los ERTE. Séptimo, el endeudamiento público, se hará insostenible, las primas de riesgo y las dificultades de financiación externa aumentarán una vez que la recuperación está en marcha y los tipos de interés al alza. Y por último, el objetivo de la propuesta de perpetuar los ERTE es reducir los despidos, la precariedad salarial y la alta temporalidad .Los ERTE reducen los despidos pero no atajan ni el problema de la precariedad salarial, ni la temporalidad, ni el incremento del desempleo juvenil. Para ello son necesarias otro tipo de reformas más profundas.
La experiencia de la reciente crisis ha puesto en evidencia los siguientes hechos: primero, y en positivo, los ERTE han conseguido que el porcentaje de destrucción de empleo sea inferior a la caída de la actividad económica, al contrario que en otras crisis. Segundo ,el ajuste del mercado se ha hecho fundamentalmente a través de la reducción de las horas trabajadas, de la jornada laboral. No obstante, la reducción de horas ha sido en un 90% a través de los ERTE y no tanto por la reducción de la jornada de los trabajadores que permanecieron en las empresas. Esto pone en cuestión que haya un aumento de flexibilidad laboral dentro de las empresas. Tercero, así como los ERTE han reducido los despidos de los trabajadores con contrato indefinido, esto no ha ocurrido con los trabajadores temporales cuyos despidos han aumentado en la misma proporción que ha caído la actividad. Se ha despedido a los más vulnerables. Mantener que los ERTE reducen sustancialmente la precariedad y la temporalidad no es cierto. Cuarto, dado que el 70% de los contratos temporales corresponden a trabajadores menores de 25 años, no podemos mantener que el desempleo juvenil, que alcanza el 50%, puede resolverse mediante el mecanismo de los ERTE.
La conclusión a la que llegamos es que aun siendo los ERTE un instrumento eficiente para limitar los despidos, no es ni suficiente ni adecuado para resolver desequilibrios fundamentales del mercado de trabajo, como son la temporalidad, la precariedad salarial y el desempleo juvenil. En segundo lugar, y sin rechazar que será útil disponer de los ERTE como herramienta convencional en el futuro, advertir que deben de ser puntuales, acotados a tiempos de crisis, limitados en el tiempo ,con unos requisitos claros de acceso ,con un riguroso control y transparencia y siempre en función de la situación presupuestaria y el endeudamiento.
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