Turismofobia en aumento, qué problema

Esto se ha ido de las manos, la turismofobia va en aumento y la convivencia se hace insostenible. Hace un par de veranos escribió Carlos Navarro algo que parecía exagerado, pero que el tiempo se ha encargado de darle veracidad. Decía Carlos que dos sevillanos se cruzan por Tetuán y se dan un abrazo. Así se explicaba con claridad cómo los nativos iban menguando en esas riadas humanas que abarrotan la Sevilla eterna en general y Santa Cruz en particular. Y aquí es donde está eclosionando la fobia al turista, al que ya se mira como un molesto invasor para dejar esa perla de verter un cubo de agua sobre un grupo de cruceristas. Mala deriva la que esto va tomando y que ha sido con la ayuda y la complicidad del piso turístico. Y difícil es salir del cliché de parque temático; si no, que le pregunten a los venecianos.