Manuel Campo Vidal
Valencia: además, catástrofe comunicacional
Viene de perder en casa el Celje con el Olimpija Ljubijana, actual líder de la Liga eslovena, pero eso no quiere decir nada ante la ineludible obligación que tiene el Betis de ganar esta noche en Heliópolis. Y es que este extraño modo de competición mediante una forma liguera difícil de comprender tiene situado al Betis en una situación complicada por lo mal que se ha comportado en las dos primeras jornadas de esta Conference.
Ante dos equipos sin pedigrí, el Betis cayó lastimosamente en Varsovia ante un débil Legia que se le subió a las barbas en un pecado bético de suficiencia y no pasó del empate casero con el Copenhague la noche del golazo de Abde. Un punto en dos jornadas no es una situación límite pero sí lleva en su valija la obligación de empezar a ganar. Empezar a ganar es una tarea que comienza ineludiblemente en la cita de esta noche tardoprimaveral con los eslovenos que adiestra Riera.
Y en el corazón de esta cita se encuentra el Betis con la desagradable sorpresa que le ha deparado Lionel Scaloni citando a Lo Celso para dos compromisos de la albiceleste. Y lo ha hecho sin haber reaparecido en el club que le paga tras una lesión con su selección. Esta decisión del seleccionador argentino ha causado la natural indignación en el club, pero las cosas son como son y ha de tenerse en cuenta que nada de esto sería posible sin la aquiescencia del jugador.
Pero este problema es una insignificancia dentro del universo de un equipo que tiene al concurso europeo como asignatura pendiente. Por ello no caben distracciones en esa carrera hacia salvar escalones que tanto se resisten en el concierto continental. En esas condiciones de normalidad nadie dudaría del carácter de favorito que protagoniza el Betis, pero los antecedentes continentales del equipo provocan que se mire todo esto bajo la vieja conseja de tentarse la ropa.
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