Teoría de un suplicio irremediable

Horas, kilómetros, la pregunta es ¿cuál es la unidad de medida del atasco? Los capillitas coinciden en que la unidad de medida del parón de una cofradía es, según el recordado Joaquín de León, la rueda de calentitos, cuántas ruedas pasan por delante de ese fiscal de cruz del Silencio en la Madrugada en el cruce de Javier Lasso de la Vega con Amor de Dios. Dicho lo cual, la duda es qué mide con más rigor un atasco, ¿el tiempo o la distancia entre la cabeza y la cola? El pasado fin de semana hubo colas de doce kilómetros y dos horas de duración y qué es más riguroso, ¿el tiempo o la longitud? Lo mismo da, pero cierto es que por un motivo u otro, o por los dos, ambas causas te ponen al borde del infarto y te acuerdas de los cantos de sirena de esos reclamos publicitarios que nos llevaron a depender tanto del coche.