¿Qué tendrán que ver Imanol y Bordalás?

Cuando entonces y en el corazón de un gran éxito, los iniciados ya presagiaban malos vientos por Nervión. De cuando entonces acá sólo han pasado dos años, pero ha sido suficiente tiempo para que la más cruda de las realidades les estalle en la cara a cuantos profesan la fe sevillista. Y en este plan, tras dos regates al descenso, el presente sólo hace alimentar la inquietud en torno al futuro del equipo y también del club.

No se ha culminado el último regate, quedan rescoldos del amago de drama y la gobernanza, o lo que sea, aún duda de qué hacer con el puente de mando para que asome un punto de incompetencia. Porque debatir entre si darle el equipo a Imanol o a Bordalás es síntoma inequívoco de una planificación errática. ¿Qué tienen en común el donostiarra y el alicantino para que sean los aspirantes a dirigir el Sevilla?

Ambos llevan en la valija un éxito incuestionable, aunque al primero se le cayera la estantería el último curso y el segundo sea el pararrayos de cuantas críticas parten de sus colegas. Pero son dos entrenadores de crédito alto aun cuando profesen filosofías dispares. Ya una vez se fue de Lopetegui a Sampaoli y de éste a Mendilíbar para que a éste le supliese el nefasto Diego Alonso. Como puede verse, vaivenes de todo tipo que hacen saltar las alarmas ahora con las heridas sin cauterizar, una paz social imposible y un dar palos de ciego que no conducen a nada bueno. Y ya mismo está en curso el nuevo curso.