Tarde de gozos y de muchos despropósitos

Escribíamos en la víspera que se esperaba una sabatina para que el fútbol según Sevilla saliese del marasmo, pero sólo se ha salido desde una orilla, la de un Sevilla que hizo el mejor partido del curso para sacar los tres puntos de Gerona. Lo del Betis fue uno de esos capítulos dolorosos que jalonan su historia, cayendo con rotundidad ante un aparente inferior a través de un drama iniciado con una tarugada de Bartra ante Kike García.

La tarde arrancó en Montilivi y lo hizo con un claro penalti de Romeu sobre Isaac que éste dilapidó desde los once metros. Sólo iban dos minutos de partido y el error del lebrijano fue como un aguijón que azuzó a los catalanes, pero aunque fue el Girona el que se adelantó en testarazo de Arnau ante la pasividad de Badé, estábamos ante el mejor Sevilla del curso. Todo el partido estuvo de propiedad sevillista, lo que iba a acentuarse en una segunda parte espléndida.

La posesión del cuero y la iniciativa tenían color blanco y cuando Saúl enganchaba el balón para empatar se tenía clarísimo que el Sevilla no debería conformarse con la firma de tablas. Y como no podía ser de otra manera surgió la calidad de un genio llamado Dodi Lukebakio. El belga, que antes había dejado temblando el larguero gerundense iba a sacarse de la chistera un gol de antología para darle el triunfo al Sevilla justo cuando el juego estaba a punto de concluir.

...y el Betis. Antes de empezar a sudar, penalti de un desafortunado Bartra y la sombra de Hernández Hernández sobrevolando justiciera sobre el nido bético, nada nuevo con el canario, que aún hay quien no se explica que el Betis lograse la Copa estando él de juez. Empató Jesús y cuando se acariciaba el triunfo, roja para Perraud y a remar contracorriente para que Kike hiciese dos goles más. Domingo de ensueño para uno y que mete al otro en un tobogán de despropósitos.