El parqué
Sesión de pérdidas
Todo se resolvía de forma rápida y con el único problema de alterar el calendario doméstico. Pero era poca cosa, sólo un partido con el inconveniente añadido de un vuelo a Sudamérica en sus comienzos y luego uno más largo a Japón. Era la Intercontinental, aquella que inauguraron Peñarol y Real Madrid con empate a uno en Montevideo y resuelta en Chamartín por 5-0 gracias a Canario, Del Sol, Di Stéfano, Puskas y Gento.
Pasaban los años y llegó aquel escándalo de Estudiantes de La Plata ganando por las bravas a un Manchester United que no comprendía los métodos de Bilardo, Pachamé, Echecopar, Aguirre Suárez y la compaña. Fue campeón Estudiantes, pero todo empeoró un año después, en la décima edición con el Milan de contrincante. Las malas maneras en el campo de los argentinos fue un clamor universal y los pincharratas recibieron el anatema del fútbol mundial.
Aguirre Suárez se hizo famoso como cabecilla de aquella banda tras partirle la nariz a Combin, argentino que jugaba en el Milan, por lo que fue excluido de toda competición internacional durante cinco años y además se abrió un boicot a los clubes argentinos. Siguió la Intercontinental disputándose a doble partido hasta crearse la Copa Toyota en Japón para librarse a partido único. Y en estas competiciones es el Real Madrid el que más veces la ganó, con ocho conquistas.
Y ahora, sesentaicinco años después de aquel Peñarol-Real Madrid se crea una competición bien distinta con clara intención lucrativa. Ocurre a pesar de las quejas surgidas por la densidad del calendario, lo que en este inminente 2025 supondrá una injerencia en las vacaciones de los futbolistas. Pero la pela es la pela, el circo cada día necesita más dinero y ahí tenemos un añadido de treintaidós equipos luchando desde el 15 de junio al 13 de julio por ese entorchado mundial.
También te puede interesar
Lo último