El Sevilla llegó muy tarde a Mendizorroza

21 de septiembre 2024 - 03:06

Lukebakio con su golazo a siete minutos del final le dio a la derrota un maquillaje que no debe mover a engaño. Y es que no se puede ocultar la pésima imagen que el Sevilla dio en Mendizorroza. De un Sevilla que llegó demasiado tarde al partido y que debe hacer examen para dar con la causa de su tardanza y, sobre todo, de cómo pudo perder el noventa por ciento de los duelos. Y el gol de Lukebakio puede tapar muchos defectos, pero...

Ya el primer tiempo había sido terrorífico y posiblemente influido por la lesión de Isaac a los diez minutos. Fue como una premonición para que cundiera el pesimismo y la falta de fe en los que portaban el escudo visitante. Y si no quieres arroz, dos platos, llegaba el gol de Carlos Vicente, un tipo que entraba por el costado zurdo del Sevilla como pasa un coche de Fórmula 1 compitiendo con una carreta. Y por si fuera poco, error craso de Nyland para la apertura del marcador.

Y esa terrorífica primera parte pudo ser peor si el VAR no interviene para ver fuera de juego por el bigote de una gamba. A todo esto, en ataque no existía el Sevilla por mucho que ayudase Saúl, sorprendente capitán del Sevilla tras sólo dos partidos vestido de blanco. Al descanso se llega con la idea de que todo pudo ser peor, pero sin que se cayera del pensamiento la imagen del Sevilla como de equipo menor que no intimida en ataque y con la zaga extendiendo una alfombra roja.

Pero es que el segundo tiempo es un más de lo mismo con el infortunio de que Saúl pudo acortar diferencias y de ese hipotético 1-1 se pasó en un minuto a un 2-0 que se antojaba definitivo. Al poco surgió la calidad de Lukebakio para meter al Sevilla en el partido. Vana ilusión, pues con el Alavés poniendo a todos los defensas en liza ya no encontró la fórmula de asustar a Sivera. Derrota merecidísima y nuevamente una ola de pesimismo revolotea por el nido sevillista.

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