El Sevilla barrunta un buen curso

Esperanzadora ha sido la puesta en escena del Sevilla, sobre todo por el enorme compromiso demostrado por su tropa. El comportamiento del equipo en territorio canario ha sido modélico y digno de un premio mayor, pero la actuación de Cillessen impidió que los tres puntos volasen hasta Sevilla mediante dos intervenciones prodigiosas a tiros a quemarropa de Sow cuando ya apenas quedaba tiempo para revertir la situación.

No puede hablarse de la excelencia del partido, pero sí de la forma en que ambos conjuntos abordaron este debut. Infortunio hubo para repartir en la primera parte con sendos autogoles de Álex Suárez y luego de Nianzou. Era una especie de correcalles en el que mucho más se rentabilizaba el error ajeno que el acierto propio. Pero yendo al principio de los tiempos hay que incidir en la sorpresa que supuso la ubicación de Juanlu treinta metros más arriba de lo habitual.

Era la anécdota de un equipo que partía con la desventaja de no poder inscribir a todos sus futbolistas. Una anécdota que incidía en la curiosidad que suponía ver qué pasaba por la cabeza de García Pimienta. Y lo que pasaba por la cabeza del catalán partía del conocimiento que tiene del rival y de ahí la posición de Juanlu, obligado a desdoblarse en la vigilancia a Kirian y en tratar de mirar hacia adelante, lo que conllevaría premio con el segundo gol sevillista.

Fue un gol que parecía definitivo, pero que no lo fue por cómo aprovechó Sandro la primera pelota que tocó. Luego las paradas de Cillessen y el convencimiento de que este Sevilla puede hacer una buena campaña. Sin poder contar con sus mejores fichajes ya ha dado una imagen más que aceptable. La sensación que queda de este debut es que Pimienta sabe lo que quiere y que en adelante, con todo el armamento listo, la vida será mucho más placentera, seguro que sí.